LECCIONES DE GUERRA

“El nacionalismo ucraniano sorprende a todo el mundo”.

Lourdes Mendoza
Columnas
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Conforme transcurren los días la invasión de Rusia a Ucrania nos descubre aspectos que nadie conocía o al menos nadie esperaba que pudieran estar sucediendo.

En primer lugar está la guerra convencional que despliega Rusia con misiles impactando en objetivos civiles y avance de tanques, aviones y tropas al más puro estilo de las guerras del siglo pasado.

Pero también está el contraataque del mundo occidental con represalias económicas sin precedente que aíslan a Rusia a tal punto, que podrían estrangular sus finanzas.

Este ajedrez geopolítico nos descubre un escenario en el que ya nadie sabe cómo terminará esto para Rusia. Empresas globales como BP de plano anunciaron su salida de ese país, aunado a que la bolsa de valores rusa lleva varias semanas cerrada porque el último día que abrió perdió 50% de su valor.

¿Cómo podrá enfrentar el ciudadano ruso de a pie un escenario de bloqueo económico internacional con la devaluación, pérdida de empleo y precarización de la vida que eso supone?

El otro punto de análisis es el nacionalismo ucraniano, que sorprende a todo el mundo. Desde el propio presidente Zelenski hasta mujeres legisladoras que dan entrevistas a medios internacionales en las que declaran que no abandonarán su nación y, por el contrario, aprenden a usar armas. Y que contra todo el poderío militar de los rusos gritan: “¡Yo me quedo a defender mi país!”

Nadie, ni el propio Putin, tenía medida ni la respuesta internacional de condena ni ese nacionalismo que nos enseñan los ucranianos.

Malestar

Renuncias forzadas, hostigamiento, amenazas, estancamientos salariales, sin prestaciones... No les estoy describiendo el escenario posguerra de los rusos: es el día a día de los empleados del Banco del Bienestar.

Los propios trabajadores me contaron que diversas áreas se han visto sacudidas por los despidos, pero la carga de trabajo se mantiene y se reparte entre los que quedan.

Las cosas empezaron a pintar mal desde 2019, con el nacimiento de Bienestar (antes Bansefi) con la 4T y de la mano de Rabin Salazar. Desde entonces las pérdidas suman más de mil millones de pesos.

Diana Álvarez Maury abandonó el banco en diciembre de 2021 y se pensó que con la entrada en su lugar de Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra las cosas iban a mejorar pero, por el contrario, este último pide a empleados trabajar de sol a sombra, sin mejora salarial.

Ante este escenario cabe preguntarse: ¿dónde anda la aviadora de la Secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde?

Estilo mata carita

Y así como en el Banco del Bienestar, también en Banjercito se cuecen habas, pues los empleados de esa institución ya perdieron el miedo y están plantados en la calle exigiendo sus utilidades, así afuera del corporativo en la CDMX.