ORIGEN Y DESTINO

“No se puede reconstruir algo que en los hechos nunca ha existido”.

Lourdes Mendoza
Columnas
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Morena lleva en su nombre la penitencia. No ha podido dejar de ser un Movimiento, el de la Regeneración Nacional, con un sensei máximo que es el presidente y un grupo de feligreses que lo veneran, pero hasta ahí, porque sin la figura presidencial no han podido cohesionarse como un verdadero partido político.

Aunque están prohibidas por sus propios estatutos, en la práctica siguen presentes las tribus que también marcaron la vida interna de su antecedente histórico, el Partido de la Revolución Democrática. El verdadero origen de Morena.

Pero a diferencia de las figuras de los ochenta del milenio pasado, los que hoy protagonizan las luchas intestinas del movimiento son ni más menos que Pedro Salmerón, acusado de acoso sexual incluso por sus propias compañeras morenistas, e Irma Eréndira Sandoval, la de las múltiples casas y exsecretaria de Estado, quien salió del gabinete por la puerta trasera luego de escándalos como el de la exoneración de Manuel Bartlett ante las evidencias de corrupción.

Son ellos, junto a otros menos visibles, los que representan el ala de izquierda radical del movimiento, los que proponen la reconstrucción del partido, sin tomar en cuenta que nunca lo fueron y que no se puede reconstruir algo que en los hechos nunca ha existido.

En esta ecuación también están otros como Mario Delgado, castigado a huevazos por la propia militancia. Al parecer sus métodos de elección de candidatos mediante tómbolas, dedazos y encuestas que nadie sabe quién elabora no tienen muy contentos a sus correligionarios.

Pero esto tiene consecuencias y desde ahora lo estamos viendo. El año pasado Morena se jactaba de encabezar las preferencias en cinco de seis gubernaturas en disputa este 2022; hoy la realidad nos dice que ya no son cinco, sino tres de seis y eso que las campañas todavía no comienzan.

Drama sin fin

Lo que sí comenzó casi desde el arranque de la 4T es el drama del desabasto de medicinas.

Todo ha quedado documentado en el libro La tragedia del desabasto, del cirujano y analista de políticas de salud, Xavier Tello, quien en entrevista me contó lo que él considera que es la política de salud del gobierno cuatroteísta.

“La desaparición del Seguro Popular, de las compras consolidadas, el nacimiento improvisado del Insabi y lanzar un decreto de gratuidad para la salud —sin insumos ni experiencia— es como realizar un trasplante de corazón removiendo el órgano, olvidando colocar el soporte vital y sin que exista un donador”, me dijo.

Y es que a dos años de los cambios impuestos los mexicanos tenemos un sistema que no tiene nada en las farmacias para surtir las recetas y, al mismo tiempo, aquellos que requieren sus medicamentos tienen prohibido comprarlos, porque de lo contrario el discurso de la gratuidad se viene abajo.

Todo esto y más en este excelente libro, superecomendable.

Estilo mata carita

Pero quienes viven otra realidad, alejada de la tragedia de salud, son los voceros del actual gobierno. Ahí tienen a Lorenzo Meyer, con su hijo Román de titular de Sedatu, y el otro hijo, Lorenzo Mauricio, a quien están nombrando consejero independiente de Pemex. Así las cosas.