Al recién nombrado secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, le tocará definir una solución a la tremenda disputa que se vive en la industria de las bebidas alcohólicas para modificar el esquema bajo el cual tributan en nuestro país a través del famoso Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS).
Se encuentran de un lado de la contienda los productores y distribuidores nacionales de cervezas artesanales, mezcal, charanda, sotol y vino, aglutinados en la Cámara Nacional de la Industria Tequilera, la cual luego de no dar su brazo a torcer se decantó a favor de este contrincante perteneciente al bando de los técnicos, ya que su postura es la de poner piso parejo para todos los productores y que no se favorezca solo a los grandes fabricantes.
Del otro lado están los rudos, las grandes cerveceras que acaparan 94% del mercado de bebidas etílicas en México, aunque únicamente aportan 67% de la recaudación que esta industria genera.
El meollo del asunto radica en la forma en que se calcula el IEPS para estos productos. Actualmente se hace dependiendo del precio de venta de la bebida, también conocido como ad valorem, que es como los rudos pretenden que se mantenga. Pero el bando técnico propone que este impuesto se calcule dependiendo del grado de alcohol, llamado ad quantum.
Los técnicos tienen el apoyo del sector salud nacional e internacional, que recomienda que se establezca un control a las bebidas de alta graduación y muy bajo precio y que con el dinero que se recaude se hagan programas de prevención.
Así, la disputa está servida. Pero la última palabra la tendrá el réferi Ramírez de la O, quien deberá decantarse por un bando o por otro, aunque algunas voces desde ahora anticipan que podría hacerse de la vista gorda.
CDMX
Donde sí se hacen que la virgen les habla es en el gobierno de la CDMX, puesto que retrasaron más de un mes la entrega-recepción de las nueve alcaldías que ganó la oposición en la capital del país.
El presidente de Acción Nacional en la Ciudad de México, Andrés Atayde, asegura que las autoridades capitalinas, en evidente coordinación con Morena, podrían estar haciendo tiempo para “limpiar un cochinero”.
Según el panista puede haber dos motivaciones para que Morena y el gobierno capitalino entorpezcan el procedimiento: “O están pidiendo tiempo para limpiar un cochinero o quieren evitar que los alcaldes y las alcaldesas entrantes puedan definir el presupuesto del próximo año. Y así como van las cosas ni eso quieren dejarles hacer, planear, organizar, para que en su momento puedan ejecutar el gasto. Ese es Morena”. Usted qué opina, amable lector.
Estilo mata carita
Y como el miedo no anda en burro qué les pareció el último as bajo la manga del diputado Mauricio Toledo, quien previo a que en la cámara baja se votara su desafuero pidió licencia por tiempo indefinido, porque aseguró que el proceso en San Lázaro no le garantiza un trato “imparcial y justo”.