La gubernatura de Querétaro es una elección particularmente interesante, pues la partida estará entre el priista Roberto Loyola y el panista Francisco Domínguez. Curiosamente, el primero es presidente municipal con licencia de la capital y el panista fue el anterior alcalde, quien pidió licencia para escalar al Senado, siendo el municipio de Querétaro su responsabilidad inmediata. Aquí la radiografía de lo que ambos me contaron.
Pancho Domínguez, el ranchero logrón
Francisco Domínguez se definió como un ranchero logrón. Es el único precandidato inscrito y ratificado. Y si bien Gustavo Madero no le ha levantado la mano aún, está tranquilo porque tarde que temprano tendrá el acompañamiento de su partido a nivel nacional. El médico veterinario por profesión mencionó los casos que le pueden sacar en una guerra sucia, como el de Javier Rodríguez Borgio, amigo de la juventud acusado por lavado de dinero. Sin embargo, a más de un año del tema dejó en claro que alguien entero no puede negar a sus amigos cuando tienen problemas legales.
También se le podría acusar de tener mal carácter por un par de resbalones, uno cuando defendió la tribuna en 2006 en la toma de protesta de Felipe Calderón y otro al calor de la discusión de la reforma hacendaria.
Domínguez añadió que acatará la iniciativa “tres de tres”, pues presentará en el Senado su declaración patrimonial, de impuestos y de intereses.
El senador panista se declaró puesto y dispuesto, en los hechos y no los dichos, para ganar la gubernatura de Querétaro y confió en que el 7 de junio a las siete de la noche se proclamará vencedor.
Roberto Loyola, el optimista
Si a alguien podemos calificar como un optimista es a Roberto Loyola, aspirante priista al gobierno de Querétaro, pues entiende que hoy más que nunca los políticos tienen que revertir la incredulidad que los ciudadanos tienen hacia ellos.
Sin algún tema espinoso que le pudieran sacar durante la campaña electoral, Loyola Vera dijo que tiene errores como cualquier humano, pero sin algo grave que le pudiera afectar.
Eso sí: personalmente es muy terco y se obsesiona con los cuadros chuecos.
Es notario público y dejó en claro que no hay conflicto de interés en ese tema, pues aseguró que la cuestión no es en cuántas cosas participas sino cómo lo haces; además de manifestar que su hermano, el ex gobernador panista Ignacio Loyola, no saldrá a hacer campaña con él y nunca se lo pediría.
Descartó de inicio la guerra sucia. Y vale la pena señalar que Roberto Loyola contenderá en coalición por PRI, PVEM y Panal, además de la candidatura común con el PT, pues dice que su hacer político en la presidencia de la capital queretana los convenció.
Así, las piezas se perfilan para una elección atractiva, con candidatos que de inicio dejan en claro de qué están hechos. Los queretanos tendrán la última palabra. ¿Usted a quién le va?
Y como estilo mata carita…
Por cierto que el gobernador de Querétaro, José Calzada, es el mejor gobernador evaluado. Se los dejo de tarea...