EL PRESIDENTE QUE VOLÓ DEMASIADO CERCA DEL SOL

“Una crisis nunca antes vista para un mandatario recién electo”.

Lucy Bravo
Columnas
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, no deja de hacer historia, aunque no como él hubiera deseado: a pesar de que hace apenas dos meses se convirtió en el primer mandatario en reelegirse en los últimos 20 años, el 19 de junio los votantes franceses le negaron la mayoría en la Asamblea Nacional, algo que no ocurría desde hace 30 años para un presidente recién electo. Al parecer el apoyo en las urnas que tantos titulares le ganaron no es un cheque en blanco.

No es del todo imposible gobernar sin la mayoría, pero durante los próximos cinco años Macron tendrá que buscar los votos que necesite para cambiar hasta una coma. Y esas son malas noticias para Francia… pero sobre todo para Europa, que carece lamentablemente de un líder de estatura mundial. Una vez más se comprueba que los políticos de centro ya no son atractivos en las urnas.

Macron se ganó el apodo de Júpiter o de “monarca republicano” en su primer mandato por su estilo de gobernar e ignorar en gran medida al Parlamento. Ahora tendrá que ganarse a los legisladores de la oposición, particularmente los de centroderecha. Pero su mayor desafío vendrá de las fuerzas de extrema derecha y de izquierda que resurgen y prometen bloquear su agenda legislativa, alimentando los temores de una obstrucción política prolongada.

Mientras que Macron y sus aliados obtuvieron 230 escaños, la alianza de izquierda que encabeza Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de extrema izquierda Francia Insumisa, quedó en segundo lugar con 131 escaños. Y la Agrupación Nacional de extrema derecha de Marine Le Pen obtuvo un número récord de escaños para el partido, 89, en contraste con los ocho que tenía anteriormente.

Desencanto

Lejos quedaron aquellos históricos resultados de 2017 en los que el partido del actual presidente, En Marcha, arrasó sin aliados con más de 300 diputados de los 577 que tiene la Asamblea Nacional francesa.

Sin embargo, este desenlace no es una sorpresa total, sobre todo si tomamos en cuenta el abstencionismo de 54% de los electores. El desencanto siempre deja el camino libre a los extremos del espectro ideológico.

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de abril, poco más de la mitad del electorado no votó por el ocupante del Elíseo. Y si bien suficientes de ellos apoyaron a Macron en la segunda vuelta, claramente solo fue para evitar la llegada de la extrema derecha.

Aunque la alianza de las izquierdas sería la primera fuerza de oposición en la Asamblea Nacional existen profundas fisuras entre los partidos que la conforman por temas como la política nuclear de Francia o su lugar en la Unión Europea. Es por esto que serán los conservadores los que tendrán la llave de la gobernabilidad. Aun así, la posibilidad de un estancamiento legislativo podría llevar a Macron a disolver el organismo y convocar nuevas elecciones parlamentarias el próximo año. Algo que desataría una crisis nunca antes vista para un mandatario recién electo.

Lexema En la mitología greco-romana Júpiter es el padre de los dioses, señor de los cielos y de la Tierra. Quizá Macron se creyó inmortal en algún momento, pero como suele ocurrir con esas historias el protagonista siempre termina siendo más Ícaro que Júpiter.