EL WATERLOO DE TRUMP

El único objetivo del republicano es alimentar el resentimiento racial.

Lucy Bravo
Columnas
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Pandemia o no, las campañas electorales en Estados Unidos (EU) volvieron a las calles. Mientras Donald Trump le apuesta a vender la idea de que solo él puede evitar que reine la anarquía, su contrincante Joe Biden salió del aislamiento en Delaware y lo acusó de avivar las “llamas del odio” en el país.

En una jugada política arriesgada el mandatario visitó Kenosha, Wisconsin, escenario de la última erupción de protestas por la injusticia racial, pero también de violentos disturbios. Pero Trump no viajó para reunirse con la familia del afroamericano Jacob Blake, la más reciente víctima de brutalidad policiaca: de hecho defendió a Kyle Rittenhouse, un partidario suyo al que se acusa de asesinar a dos manifestantes la semana pasada.

Claramente al magnate no le interesa el papel tradicional de un mandatario que llama a la unidad y ayuda a curar las heridas. El único objetivo del republicano es alimentar el resentimiento racial y el miedo entre los votantes blancos que le dieron la victoria en 2016. Pero Kenosha bien podría ser su Waterloo.

Recordemos que ni el juicio político en su contra, ni el coronavirus o el colapso económico alteraron el índice de aprobación del presidente. La única excepción se produjo en junio en medio de las protestas masivas que a nivel nacional siguieron a las muertes de los afroamericanos George Floyd, Breonna Taylor y Rayshard Brooks a manos de la policía.

En ese momento los números de Trump cayeron, especialmente entre votantes blancos que criticaron su manejo de las protestas antirracistas. A su vez el apoyo al movimiento Black Lives Matter aumentó considerablemente: en junio 63% de la población estaba a favor y 36% en contra. A esto se suman los más de 100 días consecutivos de manifestaciones en Portland, Oregón, otro de los epicentros del levantamiento social.

Radicales

Para entender cómo llegamos a este punto debemos detenernos en esta ciudad.

La historia de Portland se entrelaza con las tensiones demográficas del país y el legado de un estado con algunas de las leyes más racistas de la nación. Esta localidad se considera la más blanca de todo EU, con 71% de la población caucásica, frente a 7% afrodescendiente.

Pero esto tampoco es fortuito: el estado se fundó sobre los principios de la supremacía blanca. Por ejemplo, una ley del siglo XIX pedía azotar a cualquier persona negra que se encontrara en la entidad. De hecho a principios del siglo XX dominaban la legislatura estatal integrantes del Ku Klux Klan. Pero hoy el panorama no es menos desalentador ya que el nivel de ingresos promedio de las familias afroamericanas de Portland es casi la mitad que el de los residentes blancos.

Sin embargo la violencia escaló y ahora es muy común ver enfrentamientos directos entre las alas más radicales del movimiento antirracista y grupos de la extrema derecha. De hecho esta semana se registró la primera muerte de un manifestante pro Trump, algo que el republicano buscará capitalizar como un arma política, mientras continúa retratando a Biden como el candidato que desatará el caos en todo el país.

Algo que resulta difícil de explicar ya que él es presidente en funciones mientras la nación arde.

Lexema La palabra “presidente” proviene del latín praesidere, que significa “estar situado al frente para proteger a los demás”. Pero si algo nos han mostrado las últimas dos semanas en EU es que las definiciones del diccionario poco pueden ayudarnos en la vida real.