GANADORES DE 2020

Los problemas geopolíticos de este 2020 palidecen frente a la tragedia humana.

Lucy Bravo
Columnas
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Estamos a unos días de la llegada del nuevo año. Y con ello muchos de los retos que dejó a su paso este annus horribilis parecen arrojar pronósticos un poco más alentadores. Por un lado la llegada de diversas vacunas otorga un poco de alivio en medio de la etapa más dura de la epidemia; por otro la salida de Donald Trump de la Casa Blanca nos demuestra que los movimientos populistas que sacudieron al mundo en la etapa preCovid-19 quizá tengan sus días contados. ¿Recuerdan cuando el mayor de nuestros problemas era entender la llegada al poder de estos líderes? Yo tampoco.

Y es que resulta casi un recuerdo lejano cuando se creía que lo más adverso que podía suceder era un retroceso democrático en distintas naciones. Tampoco se trata de minimizar su impacto en las instituciones y sociedad en general, pero cuando se pone en perspectiva este 2020 los problemas geopolíticos palidecen frente a la tragedia humana.

Algo que sin duda no pasó desapercibido para algunas potencias que vieron esta crisis sanitaria para avanzar con su agenda de reconfigurar el tablero internacional: como China y Rusia, que podrían considerarse como los grandes ganadores de este año.

Estos países no solo buscaron destacar en la carrera por la vacuna contra el Covid-19 con sus respectivos proyectos sino que aprovecharon el vacío de poder que tanto el inquilino de la Casa Blanca como la pandemia generaron en el escenario global. El más claro ejemplo es el de Rusia. Desde hace tiempo conocemos los esfuerzos rusos para comprometer al gobierno de Estados Unidos e infiltrarse en el proceso electoral de 2020. Si bien hasta el momento no hay evidencia que sugiera que Rusia tuvo éxito en estas elecciones, la famosa trama rusa de 2016 y su papel en la llegada de Trump al poder ha sido ampliamente documentada por las agencias de inteligencia estadunidenses.

Sin embargo ahora se sospecha que Rusia estaría detrás del ciberataque más sofisticado y prolongado del que se tenga registro contra varias agencias gubernamentales de EU, desde el Departamento de Seguridad Nacional hasta el Departamento de Comercio, al acceder a SolarWinds, un proveedor de seguridad. No sorprende la ligereza con la que ha respondido la administración saliente del republicano pero sin duda se convertirá en uno de los principales retos en política exterior para Joe Biden. Esto sin mencionar las reformas constitucionales promovidas por el presidente ruso, Vladimir Putin, para perpetuarse en el poder.

Implicaciones

Tampoco podemos olvidar al adversario favorito de Trump: China, país que logró no solo evadir cualquier responsabilidad por el mal manejo del brote de coronavirus al inicio de esta pesadilla sino que también se vio favorecido por el desvío de atención en la comunidad internacional. Una situación que se refleja en su implementación de una nueva ley de seguridad nacional para Hong Kong que amplía las facultades de Beijing para reprimir a los disidentes.

Por si esto fuera poco China es el único país que emergió de la recesión temporal y se recuperó en lo que se conoce como la reactivación en forma de V. El crecimiento de 4.9% en el tercer trimestre coloca al país asiático casi al nivel registrado previo a la pandemia de coronavirus. A su vez los recuerdos de las graves acusaciones contra el gobierno de Xi Jinping al comienzo del año eclipsaron sus generosos donativos de equipo médico, aunque estuvieran cargados de intereses políticos.

Las implicaciones de esta reconfiguración del panorama internacional apenas comenzaremos a conocerlas. Pero ambas potencias tienen muy claro que el terreno ganado con Trump en la Casa Blanca será muy difícil de recuperar para el gobierno entrante. Tienen todo a su favor. Recordemos que la crisis financiera global de 2008 convenció a Beijing de que EU se estaba debilitando y China actuó en consecuencia. Ahora no será la excepción.

Lexema El término “jaque mate” viene del árabe shah mat, que significa “el rey está indefenso” y se utiliza al final de una partida de ajedrez. Esperemos que Biden estudie bien el tablero antes de su primera jugada.