LAS LECCIONES DE 2020

Para lidiar con el dolor colectivo de un año como este será necesario unirnos como sociedad.

Lucy Bravo
Columnas
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Hay ciertos años que pasan a la historia por ser momentos cruciales para la humanidad y 2020 sin duda es uno de ellos. Quizá no lo recuerden pero arrancamos el año en pleno juicio político contra Donald Trump; Irán y Estados Unidos estaban al borde de la guerra y las secuelas de los incendios en Australia apenas comenzaban a concebirse. Lo que nadie se imaginó es que más de un millón y medio de personas perderían la vida a raíz de una pandemia, los movimientos a favor de la justicia racial desbordarían las calles y la democracia sería puesta a prueba en todo el mundo.

Durante mucho tiempo hemos culpado al destino o a la naturaleza misma de nuestras desgracias. Se podría decir que incluso hay algo tranquilizador en encontrar un enemigo común en una entidad no humana. Esta respuesta ayuda a absolver responsabilidades de nuestros errores como humanidad pero nos vuelve incapaces de aprender de la crisis. Pero como señaló el filósofo Jean-Jacques Rousseau en una de sus cartas, “la mayoría de nuestras desgracias físicas son obra nuestra”.

La pandemia del coronavirus es y seguirá siendo un resultado directo de nuestra interacción con el medio ambiente. Y aunque nos cueste admitirlo la próxima década podría traer años peores. A medida que se desarrolle la emergencia por el cambio climático es cada vez más probable que se enmarque como un conflicto entre la naturaleza y la humanidad, más que como el resultado de un sistema social que antepone las ganancias a la supervivencia de nuestro hábitat.

La crisis de la salud pudo haber detenido al transporte, a los sectores industriales y desatado una crisis económica sin precedente pero aun así tendrá un efecto insignificante sobre el calentamiento global, a pesar de la caída de aproximadamente 7% de las emisiones contaminantes en 2020. Estamos ante una oportunidad única para cambiar las reglas del juego y la escala de desastres naturales que enfrentará el mundo si seguimos con las políticas climáticas actuales.

Supervivencia

No por nada la Organización Mundial de la Salud llamó a “una recuperación verde”, es decir, una financiación masiva de una transición ecológica de nuestros sistemas de producción. Esto permitiría contener el aumento de las temperaturas en torno de los 2° C a finales de siglo, acercando a los países a los objetivos del acuerdo climático de París.

Pero muchos expertos señalan que la sociedad está en un punto de quiebre. Además de las cifras de contagio y fallecimientos en aumento, los próximos meses serán especialmente difíciles para aquellos que se enfrenten a una silla vacía en plena Navidad. Para lidiar con la carga mental y el dolor colectivo de un año como este será necesario unirnos como sociedad, porque ahora más que nunca nuestra supervivencia dependerá de ello. La pandemia ha demostrado las deficiencias del statu quo; el rumbo que tomemos a partir de ahora dependerá de nosotros.

Lexema El diccionario de Oxford no pudo elegir la palabra del año, como acostumbra, por lo caótico que ha sido este 2020. Les tengo noticias: pasaremos el resto de nuestras vidas tratando de definir lo que ha sucedido en los últimos doce meses. Y es que mientras este terrible ciclo termina y la vacunación empieza, lo único que permanece es la incertidumbre.