MÉXICO NO SE ALCANZA A VER DESDE LOS ALPES

“La ola proteccionista plantea desafíos importantes”.

Lucy Bravo
Columnas
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Mientras en días recientes los titulares nacionales se han visto dominados por debates en torno de palabras como “plagio” y “sabotaje”, en los Alpes suizos el mundo avanza hacia el futuro… pero sin México.

La guerra en Ucrania y la apertura comercial de China fueron algunos de los temas centrales del Foro Económico Mundial que reúne a la élite económica y política mundial en Davos, Suiza.

En un mundo que parece paralizado ante una cascada interminable de conflictos como guerras, catástrofes climáticas, inflación, epidemias, inestabilidad política y desigualdad económica cada vez mayor, el tema del Foro de este año (“Cooperación en un mundo fragmentado”) parece más una sentencia que un llamado a trazar una nueva hoja de ruta para las economías internacionales.

Precisamente la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, habló del peligro de un mundo fragmentado ante las agresiones de una potencia nuclear en pleno 2023. Esto tras entregar cartas de su esposo, Volodímir Zelenski, dirigidas a líderes como el presidente de China, Xi Jinping, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Por si esto no fuera suficiente la pregunta que se coloca como telón de fondo del encuentro que este año reunió a más de dos mil 600 participantes, entre ellos más de 50 jefes de Estado o de Gobierno, 56 ministros de Finanzas, 19 gobernadores de bancos centrales, 30 ministros de Comercio y 35 ministros de Relaciones Exteriores, es ¿hacia dónde va la globalización?, en momentos en que el sistema internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial se tambalea.

Óptica

La ola proteccionista desencadenada por las guerras comerciales de Estados Unidos no solo plantea un desafío importante para el capitalismo de mercado, sino también para las democracias liberales.

Y una vez más México, una de las 20 economías más grandes del mundo, es uno de los importantes ausentes al Foro de Davos. Es fácil calificar estos cónclaves como una tertulia de la élite y que las discusiones no tienen ningún impacto en la vida real, pero la historia nos demuestra lo contrario.

Solo por poner un ejemplo: el primer flechazo entre funcionarios mexicanos y estadunidenses que culminaría con la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se dio en las frías calles de ese pequeño pueblo de los Alpes suizos en 1990. Mientras tanto, México sigue por el camino del aislamiento. El pequeño problema es que el mundo no pensará dos veces en dejarnos atrás.

Ahora, mucho también se ha hablado de la ausencia del grueso de los líderes de las principales economías del mundo. De hecho, el canciller alemán Olaf Scholz fue el único líder de una nación del Grupo de los Siete (G-7) en hacer una aparición, mientras sus homólogos europeos evitaron la cita por una simple cuestión de óptica: cómo sonreír para las cámaras estrechando manos con las élites financieras del mundo mientras la inflación sigue elevando los costos de vida en casa.

Sin embargo, todas estas potencias enviaron a representantes de alto nivel. México brilla por su ausencia. Y es una lástima, sobre todo en momentos en que nuestra economía tendría que estar haciendo todos los esfuerzos por posicionarse como un interlocutor serio y confiable para los capitales alrededor del planeta.

Lexema En 2015 Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, dijo que “hay cuatro ingredientes para un verdadero liderazgo: cerebro, alma, corazón y buenos nervios”. Quizá solo habría que agregar un último ingrediente: subirse a un avión.