UN MUNDIAL EN PLENA GUERRA

“No se puede acabar con una guerra en la que todos pierden”.

Lucy Bravo
Columnas
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Twitter: @BravoLucy

A poco más de un mes del inicio de la guerra en Ucrania el mundo parece listo para desviar su atención hacia otro lado: como si se tratara de un oasis en medio del desierto, Qatar continúa con sus preparativos antes de la Copa Mundial de Futbol 2022 y acaparó todas las miradas con el tradicional sorteo mundialista de cara a la fase de grupos.

Mientras hace apenas unas semanas la FIFA y otras competiciones deportivas internacionales comenzaron a excluir a Rusia de todos los torneos, hoy los visitantes que se pasean por las calles de Doha no lucen muy preocupados por el conflicto armado en el continente europeo.

Incluso, la bandera de Rusia fue removida en un pestañeo de entre las naciones clasificadas junto al reloj de cuenta regresiva oficial de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022 en la pintoresca Corniche en Doha.

El tiempo sigue corriendo y todo parece indicar que dentro de algunos meses el mundo se sentará frente al televisor a disfrutar del futbol mientras Ucrania se desmorona. Algo a lo que muchos en Oriente Medio ya están acostumbrados. Mientras el petróleo siga bombeando, el dinero fluyendo y el entretenimiento triunfando, la comunidad internacional está más que dispuesta a hacerse de la vista gorda ante muchas injusticias. No olvidemos dónde fue el último mundial hace tan solo cuatro años.

A esto hay que sumarle que en esta región del mundo no son ajenos a las atrocidades provocadas por las guerras “proxy” de las potencias en territorios extranjeros. Y basta con abrir un periódico para darse cuenta de que la historia que vivieron recientemente países como Siria, Irak, Afganistán y muchos otros solo se está repitiendo en Ucrania. Todo con una creciente crisis de refugiados que amenaza con colapsar a los países vecinos.

Indicador

Hoy en día 84 millones de personas han sido desplazadas por conflictos armados, esto sin tomar en cuenta el flujo ucraniano. Por ello las consecuencias del conflicto para toda una generación no las hemos ni comenzado a vislumbrar. Las dos guerras mundiales del siglo XX son una fuente inagotable de precedentes y analogías. Pero si algo podemos aprender de ellas es lo peligroso que puede ser un final desordenado o confuso de un conflicto, como sucedió con la Primera Guerra Mundial o las secuelas de los diversos cambios de régimen en Oriente Medio auspiciados por gobiernos extranjeros.

No se puede acabar con una guerra en la que todos pierden. Y eso es lo peligroso de lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Putin comenzó la invasión con el objetivo maximalista de derrocar al gobierno de Ucrania. Hoy ha dado ya señales de que podría aceptar al gobierno del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky como una contraparte legítima en las negociaciones. Por su parte, Kiev quiere asegurar la plena soberanía y autonomía de su país.

Tal vez las partes lleguen a un gran acuerdo, pero mientras eso sucede el mundo ya está listo para gritar gol. Sin duda los organizadores tienen un gran reto entre las manos, ya que si el reciente Foro de Doha es un posible indicador la sombra de Ucrania cubrirá la justa deportiva.

Lexema El estadista y erudito romano Cicerón argumentó que una paz injusta es mejor que una guerra justa. Las negociaciones en curso entre Ucrania y Rusia, sin duda, lo pondrán a prueba.