MITOS DE LA INFIDELIDAD

Al enterarte del amorío de la persona que quieres el mundo como lo has conocido hasta ese momento cambia.

Mónica Soto Icaza
Columnas
Foto: Especial
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Por Mónica Soto Icaza

De pronto tu amorcito cambia de hábitos, o te platica como si fuera la primera vez algo que ya te había dicho, o se sale de la habitación para tomar algunas llamadas, pero se queda en otras, o de repente sostiene charlas demasiado continuas y con emojis exageradamente coloridos con “Juan, el mecánico”. Lo cierto es que es muy raro que alguna pareja se salve de la infidelidad. Las estadísticas varían pero oscilan entre 70% de los hombres y 30% de las mujeres, aunque las tendencias han cambiado… y los números no cuadran.

Como parece que lo nuestro es poseer tremendas cornamentas hoy comparto contigo, querido lector, diez mitos sobre la infidelidad que deseo tumbar para encontrar alivio y, además, poner en evidencia que ni engañadores ni cornudos son la excepción sino la regla.

Mito #1 Los hombres son más infieles que las mujeres. Pues sí, ya puedes ser hombre sin preocuparte de que te acusen de lujurioso nada más por la forma de tu aparato reproductor. Y sí, querida lectora, se acabó el paraíso de la no sospecha. Según el sitio especializado en relaciones extramaritales Ashley Madison, las mexicanas somos son las más infieles del planeta.

Mito #2 Me puso el cuerno. En realidad la relación extramarital es de él o ella, no tuya. No te puso nada: le sucedió algo a él y tú eres el daño colateral. La mayoría de las veces cuando uno termina en la cama con alguien distinto a su pareja realmente no se entera bien en qué momento inició la aventura. No es algo que se hace con la intención de dañar sino de vivir con brío renovado.

Mito #3 Me acosté con otra persona porque no me dieron en mi casa lo que necesitaba. Esta es una de las patrañas, perdón, excusas, más comunes. El que es caliente, es caliente. Puedes ser la mujer más hermosa, el hombre mejor dotado, la persona más exitosa y aun así el otro puede tener relaciones sexuales con alguien más. Ya basta de echarle la culpa al compañero por las decisiones propias.

Mito #4 Se puede olvidar una infidelidad. Esta es más bien una imprecisión. Puedes aprender a vivir con eso, perdonar por completo y volver a enamorarte de tu pareja. Pero el recuerdo va a estar ahí siempre. Por eso hay que elegir de qué tanta información te quieres enterar.

Mito #5 Yo soy infiel, pero mi mujer sería incapaz. El bendito machismo auspiciando la infidelidad femenina desde tiempos inmemoriales. Todos somos seres humanos y experimentamos la pulsión del erotismo con la misma intensidad. Desde que las mujeres ya podemos no embarazarnos se emparejó el campo de juegos. Ya podemos divertirnos juntos.

Mito #6 Se puede prevenir la infidelidad dándole todo lo que quiere. Gran mentira. No existe un antídoto contra la infidelidad. Es asunto de decisión.


Mito #7
Un clavo saca a otro clavo. Meterse a la cama con otra persona como venganza lo único que provoca es que la infidelidad siga doliendo; para superarla se requiere de un trabajo arduo y comprometido con uno mismo. Además hay que tomar en cuenta que el otro clavo también tiene sentimientos y cero culpa de que nosotros andemos por la calle de la amargura buscando maquillar el sufrimiento.


Mito #8 Se puede esconder una infidelidad. Cuando se vuelve parte de la rutina cometemos errores eventualmente. Algún día tu pareja se enterará.

Mito #9 Quiero saberlo todo para perdonar y recuperar mi poder. Al encontrarse en medio de una infidelidad hay que pensar muy bien qué respuestas son las que realmente queremos escuchar, porque una vez enterado esa información no se te olvidará nunca y te puede echar a perder fechas, lugares o personas. Es mejor trabajar internamente en fortalecer el espíritu, la autoestima, que acostarte en la cama de clavos filosos que son los detalles.

Mito #10 Lo que más duele son las mentiras. Sí, saber que te vieron la cara de idiota es doloroso pero en realidad la infidelidad lastima tanto por el quiebre del sistema de creencias, de la rutina, del presente. Al enterarte del amorío de la persona que quieres el mundo como lo has conocido hasta ese momento cambia. Esa es mucha información que procesar. Hay que tener paciencia y saber que cada día que pasas con ese dolor es un día menos de sufrimiento.