ANTICONSEJOS AMOROSOS (2)

“La manera de liberarse de un abusador emocional es confiando en ti”.

Mónica Soto Icaza
Columnas
MÓNICA SOTO ICAZA

Estoy harta de ir a reuniones de amigas y ser testigo de que la mayoría de sus problemas suceden porque decidieron enamorarse y formar una familia.

Bien lo describió Coral Herrera en su enorme libro Mujeres que ya no sufren por amor: Transformando el mito romántico: “En el imaginario colectivo los hombres son unos niños traviesos y las mujeres son madres que siempre piensan mal y aciertan. Madres que se cabrean mucho y te pegan con la zapatilla, te mandan a dormir al sofá tres noches y luego te perdonan ‘los pecadillos’ porque te quieren y porque saben que no tienes remedio”.

Por eso hoy quiero compartir otros “anticonsejos amorosos” de mi libro Libre. Sexy. Irresistible. Ha llegado el momento de vivir en contacto con la realidad, sin expectativas. Ha llegado el momento de dejar de sufrir por amor:

Desvincúlate del papel de víctima. Una víctima es alguien en situación de desventaja o vulnerabilidad respecto de otro y tú tienes el poder de tomar decisiones para cambiar al rol de ama y dueña de tu vida.

A veces los celos sí son fundados. A veces sí estamos con hombres que le coquetean a la primera mujer que se les para enfrente. A veces sí los utilizan como herramienta para darnos picones y demostrar que hay más interesadas y tengamos miedo de perderlos; eso se llama triangulación y es una estrategia violenta que demuestra falta de empatía y compromiso real con nosotras. Pero a veces son imaginarios y nosotras somos quienes debemos trabajar internamente para apuntalar la propia importancia.

No estás en competencia por el amor de la persona que quieres, no tienes por qué estar en una relación que no te gusta, y si necesitas estar persiguiendo a tu pareja para que no te engañe, revisándole el teléfono y encontrando evidencia, la que necesita revalorar su permanencia ahí eres tú. No lo vigiles, no le hagas escándalos, no le regales tu poder.

Si hizo algo que te lastimó y/o enojó y cuando le dices cómo te hizo sentir resulta que tú eres la que termina ofreciendo disculpas y te culpabiliza por quejarte de todo, cuidado.

Trabajo interno

Nunca persigas a un hombre. De hecho, no persigas a nadie. No le ruegues atención a alguien que no muestra interés en ti, que no te llama, que no te responde los mensajes, que te deja al final en su lista de prioridades. Los tapetes son seres inanimados y tú eres una mujer única en el mundo. (A un hombre le diría lo mismo: que jamás persiga a una mujer que no muestra interés en él.)

Si cuando le cuentas de algún fracaso o error te dice “me hubieras preguntado, yo te pude haber ayudado para que no te equivocaras”, cuidado.

La manera de liberarse de un abusador emocional es confiando en ti, conociéndote a tal punto que nadie te haga dudar de ti, de tus emociones, de tus ideas, porque todo eso está cimentado en el trabajo interno que has hecho para conquistarte. La confianza en los demás, en el mundo, empieza con la confianza en ti y esa se trabaja demostrándote lo que eres capaz de lograr.

Las mujeres no somos instrumentos para embellecer al mundo o para que los hombres se exciten: eso es rebajarnos a objetos. Y los objetos no pueden amarse; solo se puede amar a las personas.

Enamorada y estúpida no son sinónimos. Ya sé que él te fascina, que te atrae su halo de peligro, su seguridad, la forma en que te abraza y convierte tu vientre en parvada. Nada de eso importa si tú sabes que te hace sentir incómoda, insuficiente y malquerida. Utiliza tu inteligencia y sintonízala con el corazón: eres emociones, pero también eres intelecto.