ACAPULCO, LUSTROS PARA RECUPERARSE

Víctor Sánchez Baños
Columnas
ACAPULCO OTIS

Probamos el oro en el fuego; distinguimos a nuestros amigos en la adversidad.

Isócrates (436-338 a.C.)

Ningún país en el planeta está exento de sufrir una catástrofe como la que está viviendo Acapulco, en el estado de Guerrero, tras el devastador paso del huracán Otis. Pero la otra cara es la corrupción, la ineptitud, el desorden y el desamparo de los hermanos guerrerenses.

Todos tenemos un recuerdo de Acapulco. La mayoría son gratos. Sin embargo, aquel puerto maravilloso, bello, vertical, relajado, divertido y próspero fue decayendo en los últimos lustros a consecuencia del crimen organizado y el desinterés de muchos gobiernos por promoverlo a nivel mundial.

Otis, el huracán que golpeó a la Perla del Pacífico el 24 de octubre, le dio un golpe mortal a ricos y pobres. Pero los más pobres de los pobres en esa entidad tardarán años en recuperar sus casas, coches y, lo más importante, sus empleos.

Los daños en la infraestructura hotelera, la principal fuente económica de la región, son devastadores y se necesitarán alrededor de 15 mil millones de dólares para recuperarlos, en los primeros diez años.

Líderes hoteleros de Acapulco prevén que la infraestructura turística se recupere rápidamente. Solo 8% de los hoteles tenía un seguro para enfrentar daños por huracanes o destrucción total o parcial.

Estos difícilmente podrán volver a abrir sus puertas, a menos que se generen recursos crediticios del sector público y privado para apoyarlos.

Por si fuera poco, es necesaria la solidaridad y apoyo para aquellos que en estos momentos, después de varios días de la catástrofe, todavía deambulan buscando alimento, agua, combustible, ropa… La mayoría, muy pobres, ven un futuro oscuro.

Decenas de muertos, cientos de heridos y la desesperanza son los dramas que hay alrededor de la infraestructura hotelera destruida en esa región.

Otis nos enseña lo fundamental: urge crear protocolos y sistemas de alerta oportuna para este tipo de embates de la naturaleza. Acapulco, como todas las ciudades costeras, no tiene alertas de tsunami, terremotos, inundaciones, huracanes y otros potentes fenómenos naturales. Todas esas regiones y millones de mexicanos están vulnerables.

El cambio climático nos orilla a tomar medidas precautorias para no lamentar después la pérdida de vidas e infraestructura.

De contar Acapulco con sirenas de alerta y policía, e incluso aprovechar la información anticipada que proporcionó al gobierno el Centro de Huracanes de Estados Unidos del NOAA, se habrían salvado decenas de vidas y protegido casas y edificios.

Necesitamos una clase política capacitada y especializada para enfrentar con eficiencia los azotes climáticos que nos seguirán azotando en el futuro. La naturaleza es inmisericorde.

Imparcialidad

El Instituto Nacional Electoral (INE) está en un momento histórico. Las decisiones que tome en el proceso electoral del próximo año, en el que más posiciones políticas se disputarán los partidos, debe actuar con total imparcialidad. Atenerse estrictamente a la ley, sin inclinaciones partidistas. Los consejeros encabezados por Guadalupe Taddei deben evitar controversias constitucionales para que sean totalmente transparentes los procesos de selección de candidatos y, por ende, el resultado de los comicios.

Dinero El presupuesto que se aprobará el año próximo debe destinar más dinero para desastres naturales. Estamos viendo, con la destrucción de Acapulco, que no hay suficiente dinero para aplicarlo inmediatamente para paliar el dolor de nuestros hermanos guerrerenses. Destinar menos dinero a política y más para el bienestar de la población: esa es la verdadera responsabilidad de los legisladores, quienes deben hacer modificaciones a lo que aprobaron hace unos días.

Responsabilidad Social y Gobernanza En el actual sexenio Nestlé invirtió en el país mil 500 millones de dólares. Bajo el liderazgo de Fausto Costa, amplió la planta de Coffee Mate en Chiapa de Corzo, Chiapas, que inauguró recientemente el presidente López Obrador. México era el sexto país en importancia en ingresos; de ahí pasaron al quinto puesto y este año terminarán en el cuarto lugar a nivel global.