LA AGENDA TRINACIONAL DE SEGURIDAD

“El tema debe tener como base la corresponsabilidad”.

Javier Oliva Posada
Columnas
SEGURIDAD TRINACIONAL

La reciente e importante reunión con dos delegaciones de alto nivel en materia de la seguridad nacional tanto de Estados Unidos como de Canadá, sostenida en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos indica la relevancia que de suyo tiene la temática de la seguridad regional, considerando al mismo tiempo las sustanciales variables de nuestros días. La primera, sin duda alguna, es la invasión de Rusia a Ucrania, que a la vista no tiene un horizonte ni de negociaciones ni de terminación.

Sobre todo porque en el continente americano los dos países que representan a la América anglosajona son parte fundamental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ante el desafío que implica la guerra en suelo ucraniano ha exigido la indispensable actualización y la puesta en práctica de procedimientos militares, protocolos de ayuda a la población civil afectada por las acciones bélicas, así como la instrumentación de medidas coercitivas en materia comercial.

Aunado a lo anterior, las crecientes tensiones en el entorno del teatro de operaciones de la guerra generan, y con razón, decisiones históricas como el ingreso de Finlandia a la OTAN y la muy probable aceptación de Suecia en el mismo organismo.

La segunda variable de relevante consideración es la que se refiere a la violencia que genera el narcotráfico y el creciente consumo de fentanilo, así como los muy graves efectos sobre la salud pública, de manera subrayada en EU. Este tema cuenta con una consideración que rebasa el mero ámbito de los intereses continentales para convertirse en un asunto de fricción entre la potencia mundial número uno y la República Popular de China; lo anterior derivado, como sabemos, de la exportación ilegal o no de los insumos para producir dosis de fentanilo que provocan miles de muertes (poco más de 115 mil en 2022 en EU), para convertirse en un auténtico asunto de seguridad pública, así como de seguridad nacional, a decir de la Casa Blanca y del Congreso.

Dinámica

México, por sus consabidas condiciones geográficas, con sus enormes ventajas y considerables desafíos, forma parte de una compleja arquitectura de la seguridad internacional, que como se entiende rebasa por mucho el mero ámbito de lo fronterizo y continental. Baste recordar que previo a la reunión realizada en Palacio Nacional, a inicio de la semana que concluyó, hay una larga lista de pronunciamientos y propuestas desde EU para enfrentar el problema del trasiego, venta y consumo de fentanilo, que van desde desproporcionadas propuestas de intervención militar en nuestro país hasta la prohibición de la producción de dicha sustancia, cuando es uno de los más efectivos analgésicos, sobre todo para personas que sufren algún tipo de cáncer o padecimiento terminal.

Como se ha apuntado en este mismo espacio el tema de la seguridad fronteriza, entre México y EU, aunque sin dejar de lado los efectos sobre la población en Canadá, implica un tema que se incorpora de manera natural, como ahora, en las campañas electorales. De ahí que desde nuestro país, en el entendido de la dinámica propia, tratar el tema de la cooperación contra el crimen organizado y en particular contra las organizaciones de narcotráfico debe tener como base la corresponsabilidad, así como en los aspectos que de una y otra parte afectan la dinámica generada entre los dos países. Por ejemplo, en EU la venta de armas y su trasiego a México; de nuestra parte, la capacidad logística de los criminales para hacer llegar las drogas a la frontera y pasarlas al “otro lado”.

Es un buen momento para ajustar la colaboración.