APORTACIONES DE LA UNAM EN EL DÍA DE LAS MUJERES

“En cuanto a compromisos institucionales, se pueden constatar avances”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Como sabemos, el pasado día 8 se realizaron diversas manifestaciones, concentraciones, eventos culturales, políticos, así como expresiones en medios y redes digitales de comunicación en buena parte del planeta para recordar la impostergable necesidad de hacer de nuestra civilización en su conjunto un lugar seguro, propicio, igualitario y sobre todo libre de cualquier tipo o variante de acoso contra las mujeres.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dedicó las principales páginas de su Gaceta quincenal (@UNAMGacetaDig, pág. 4, 6 de marzo de 2023, número 5, 637) a destacar y documentar la sustancial importancia de las mujeres en su comunidad, en particular su decidida participación en la construcción de un mejor país en general. Los antagonismos para lograr esto último son enormes.

Con natural frecuencia leemos que la principal institución de educación superior del país, la UNAM, se encuentra ubicada y clasificada como una de las mejores del mundo y de manera consistente en el primer o máximo segundo lugar de Hispanoamérica.

Una nota publicada en la Gaceta dice, por ejemplo, sobre “la paridad (o no) en números” que hay “más mujeres en la comunidad estudiantil: de una matrícula total de 369 mil 607 alumnos, 51.97% son mujeres y 48.03% hombres”. También da cuenta de una serie de elementos que conducen a la conclusión de que en cuanto a compromisos institucionales hay avances constatables.

Por supuesto que cualquier institución es susceptible de mejoras, ajustes, nuevas orientaciones, que demuestran por una parte la capacidad de adaptación; sin perder desde luego, por la otra, el espíritu y sentido de sus compromisos con la sociedad, la construcción permanente de la nación, así como las incuestionables aportaciones al desarrollo de México y la humanidad.

Es el caso de la UNAM desde 1929, cuando la ley publicada el 26 de julio de aquel año fue el punto de llegada y partida de lo que hoy es la piedra angular para que de manera libre y autogestiva, a la vez que comprometida, la institución forme parte principal de los recursos y valores del país. Hoy esta es una realidad inestimable.

Adaptación

Hay coordinadoras en los más relevantes cargos, directoras de escuelas y facultades, integrantes de consejos académicos y estructuras de toma de decisiones en todos los niveles de la educación que se imparte en el sistema UNAM, amén de funcionarias, personal de oficina y de intendencia, que todos los días evidencian, por una parte, las mejoras en las condiciones para el desempeño de sus tareas; y, por la otra, ponen en práctica los principios y valores del quehacer universitario.

Así, se dio cuenta de que en la UNAM se realizaron poco más de 400 actividades en torno al Día Internacional de la Mujer, de acuerdo con lo señalado y organizado por la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU).

También la Defensoría de Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género de la propia UNAM, a través de la publicación de una colaboración de su titular, Guadalupe Barrena Nájera, señaló la forma en que se encuentra integrada y su funcionamiento. Se trata de una estructura que atiende de forma directa las quejas que se presentan: “Desde el 14 de agosto de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2022 atendimos a tres mil personas y remitimos quejas por violencia de género, de las que 77% está concluido y 23% en trámite”.

Así la UNAM, con su historia y su comunidad en general, demuestra de manera fehaciente no solo capacidad de adaptación, sino que en varias cuestiones encabeza los necesarios ajustes que la dirección del país debe seguir para hacer frente, en las mejores condiciones, a los antagonismos que cíclicamente se manifiestan.