AUMENTA LA TENSIÓN MILITAR EN EUROPA (Y EN EL MUNDO)

Javier Oliva Posada
Columnas
EUROPA TENSIÓN

Como se ha comentado en este espacio, el ingreso de Finlandia y Suecia a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) como consecuencia directa de la invasión de Rusia a Ucrania fue algo imprevisto e intempestivo para el gobierno de Vladimir Putin.

Justo en este mes, del 15 al 17, son las elecciones presidenciales en las que arrasará el líder ruso para llegar a 2030 con tres décadas en el ejercicio de un poder omnímodo.

En este contexto es que sus recientes declaraciones indican un incremento sumamente peligroso no solo en cuanto a la retórica militar sino a la verdadera posibilidad de una ampliación del conflicto bélico y con ello un escenario de muerte y destrucción sin paralelo en el siglo XXI.

Una de las principales causas —justificaciones para Putin— para iniciar la invasión a Ucrania el 24 de febrero de 2022 era, precisamente, el inicio de las negociaciones para que este país ingresara con todos los derechos y obligaciones a la OTAN.

Tan solo con la rápida admisión de Finlandia las fronteras terrestres entre dicho organismo multilateral y Rusia crecieron mil 300 kilómetros. Y justo en la semana que termina, el líder del Kremlin anunció el despliegue de armamento pesado (artillería, sobre todo) y la construcción de bases militares cerca de la frontera finesa. Esto, desde luego, obligará a los integrantes de la OTAN a corresponder a dichas medidas.

Debe tomarse en consideración que Finlandia cuenta con la Fuerza Aérea más poderosa de los países europeos integrantes de la OTAN, con hasta 60 aviones cazabombarderos de última generación F-35 (algunos aún se encuentran en fabricación, pero ya son una compra formal).

Presión

Respecto de la situación con Suecia, integrante número 32 de la OTAN, también motivó expresiones de advertencia militar por parte de Putin en la víspera de las elecciones presidenciales rusas, como ya se refirió. Sobre el particular, también anunció medidas de desplazamiento de unidades militares multipropósito (navales mixtas y aéreas, sobre todo) como una seria medida de disuasión. Al igual que en el caso de Finlandia, la OTAN responderá con medidas proporcionales. Así que lo que se observa en el corto plazo es una inquietante escalada, que en medio de los procesos electorales presidenciales tanto de Rusia como de Estados Unidos avizora un panorama por demás tenso. Un mínimo error humano en el manejo de armamento sofisticado (misiles principalmente) y la Tercera Guerra Mundial dejará de ser motivo de especulaciones, películas de ficción o novelas.

La prolongación de la guerra e invasión en Ucrania implica por lo tanto el principal riesgo para la paz mundial; el sufrimiento de la población civil e inocente, la devastación de las infraestructuras de toda índole (escuelas, hospitales, carreteras), dejan a Ucrania en una situación límite en cuanto a la viabilidad de su desarrollo en general.

Como sabemos, la consecuencia es la migración —con cálculo de la Organización de las Naciones Unidas— de cinco millones de personas, mismas que en sus obligados destinos requieren de vivienda, trabajo, servicios de salud y en general un nuevo estilo de vida.

De nueva cuenta, en los países de Europa la presión migratoria pondrá a prueba las políticas de inmigración y las negociaciones entre los integrantes de la Unión Europea para la aplicación de los programas de asilo.

Tal y como sucedió con la ya prolongada guerra en Siria (iniciada en marzo de 2011) que condujo a auténticas confrontaciones respecto de las cuotas asignadas para la asimilación de la población procedente de ese país.