LA GEOPOLÍTICA DETRÁS DE BARBIEHEIMER

Lucy Bravo
Columnas
BARBIE OPPENHEIMER

¿Qué tienen en común la icónica muñeca de Mattel, Barbie, y el hombre que fabricó la bomba atómica, capaz de destruir ciudades enteras: Robert Oppenheimer? La respuesta es nada y absolutamente todo.

Luego del exitoso estreno de ambas películas este fin de semana el mundo no dudó en montarse una vez más en la ola de entretenimiento del momento. Pero hay algo más. Si bien hay quienes pintan esto como una rivalidad feroz, tal vez incluso una batalla por el alma del cine, la realidad es que el fenómeno ya conocido en internet como Barbenheimero Barbieheimer es un reflejo de los tiempos que vivimos.

Mientras los estudios de Hollywood no podrían estar más felices por el entusiasmo que despiertan estos protagonistas tan radicalmente opuestos que podrían protagonizar su propia comedia romántica, la realidad es que este encuentro de dos mundos nos debería recordar bastante al nuestro. Uno en el que podemos pasar del filtro color rosa de lo que consumimos en redes sociales, por ejemplo, a la destrucción masiva con tan solo echar un vistazo a los titulares de un portal de noticias.

Desde su lanzamiento en la década de 1950 la muñeca Barbie se ha convertido en un icono global de la cultura popular. A primera vista, las películas de Barbie pueden parecer simples y dirigidas al público infantil, pero al examinar más de cerca se puede vislumbrar una interesante trama geopolítica que subyace en ellas. La franquicia de películas Barbie ha abordado temas como la amistad, la valentía y el empoderamiento de las niñas. Sin embargo, también ha desempeñado un papel importante en la promoción de valores y estereotipos culturales. La definición más básica del soft power.

Si bien es cierto que estas películas han sido criticadas por perpetuar estereotipos de género y promover una visión irreal de la belleza, no podemos ignorar su impacto.

Dilemas

Por otro lado, Oppenheimer es una película que aborda la historia del famoso científico J. Robert Oppenheimer y su papel en el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. Esta cinta ofrece una perspectiva histórica y reflexiva sobre los dilemas éticos y morales que rodearon este avance científico. Es un recordatorio poderoso de la responsabilidad que conlleva la creación y uso de tecnologías potencialmente destructivas. La carrera armamentista nuclear y las implicaciones políticas de la era de la Guerra Fría son temas que hoy han dejado atrás los libros de historia.

Ambas películas, Barbie y Oppenheimer, presentan elementos geopolíticos en diferentes contextos. Mientras que Barbie busca transmitir mensajes de diversidad y amistad a través de su trama, Oppenheimer nos sumerge en una historia más compleja sobre la ciencia, la guerra y la política global. ¿Acaso podría haber algo más digno de este caótico 2023? Lo dudo.

Pero aún hay más. La llegada de estos mavericks a las pantallas del cine también contrasta totalmente con la crisis que atraviesa en estos momentos la industria del entretenimiento. La huelga de actores y escritores nos ha demostrado que no todo lo que brilla es Hollywood y que en realidad, como muchos otros sectores de la economía, se encuentra en una situación precaria. La irrupción de los servicios de streaming y la Inteligencia Artificial (IA) generan mucha incertidumbre, con la posibilidad de que los roles que los actores y escritores han desempeñado hasta se vean amenazados. Es decir, no solo se les ha caído el telón a los altos ejecutivos sino que los ha dejado en paños menores en pleno escenario.

Al parecer, solo nos queda disfrutar del espectáculo.