Durante décadas las Fuerzas Armadas en México fueron vistas como un terreno vedado para las mujeres, pero hoy la Secretaría de Marina (Semar) demuestra que esa historia está cambiando: dos capitanas ocupan puestos clave que antes parecían impensables.
Se trata de la capitana Rocío Iglesias Avilés, jefa de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos; y la capitana María de los Ángeles Salinas Pérez, directora de Igualdad de Género e Inclusión.
Ambas son ejemplo de liderazgo en un ámbito que por siglos estuvo marcado por la exclusión femenina.
La capitana Iglesias lo dice claro: “En nuestro caso, en la Secretaría de Marina no somos la excepción y la prueba es esta designación que me ha hecho el almirante secretario para ser la primera jefa de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, donde tenemos mucho trabajo que hacer”.
Y sobre los retos personales, subraya: “Los primeros desafíos que tenemos que enfrentar son los personales, en cuanto a las limitaciones que podríamos nosotras mismas considerar. Actualmente hay tantas oportunidades, que pienso que tenemos que tomarlas, estudiar y perseverar. Eso me ha cambiado la vida. E instituciones como la Secretaría de Marina nos brindan mucho apoyo para el desarrollo profesional”.
Por su lado, la capitana Salinas reflexiona: “En 1942 ingresaron las primeras mujeres al servicio activo de la Armada de México, donde desempeñaron tareas meramente administrativas, de sanidad, de enfermería, medicina… Pero la Secretaría de Marina evoluciona y va creciendo, va fortaleciendo esta integración, la inclusión de la mujer dentro de las Fuerzas Armadas, que es un rol súper importante como sociedad. Vienen las escuelas de formación, a donde entramos desde muy jóvenes. Me tocó ingresar a los 15 años, al igual que muchas compañeras. Entregas una gran pasión por servir a tu nación, a tu México”.
Parteaguas
Añade que “subsecuentemente vienen creciendo otras escuelas, como fue la apertura en 2008 de la Escuela Naval, que es una carrera para altos mandos, para una carrera de mando. Y abre las puertas para dar esa oportunidad a las mujeres, para que puedan desempeñarse en carreras como Logística Naval, Infantería de Marina, Aeronáutica…”
Salinas puntualiza que “en 2010 viene el parteaguas dentro de la institución, donde ya se da la oportunidad de formar mujeres de mando naval, mujeres que pueden desempeñarse y liderar en cualquier lugar, en cualquier ámbito de la Armada. ¡He visto tanta evolución y tanto crecimiento como institución! Me ha tocado vivirlo estos 27 años de servicio. Y cada vez más el alto mando se preocupa y se ocupa por darnos estas oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional a las mujeres”.
Hoy ambas trabajan hombro a hombro. La capitana Iglesias destaca: “Siempre voy a estar a favor de que la idiosincrasia y la cultura de la organización se transforme mediante la capacitación. Es muy importante para nosotros brindar el impulso para el desarrollo profesional de todo el personal. Actualmente tenemos cuatro contralmirantas y el secretario de Marina está muy pendiente de que se abran cada vez más los espacios, que haya mucha transparencia en los procesos para que sea tu mérito, no específicamente hombre o mujer, sino que sea una oportunidad de piso parejo para todos”.
En este sentido, la capitana Salinas impulsa políticas concretas desde la Dirección de Igualdad de Género e Inclusión: “Recientemente se publica una política de igualdad laboral y no discriminación. El 7 de agosto firmamos un convenio de colaboración con la Secretaría de las Mujeres para empujar proyectos que el alto mando vigila muy puntualmente. Tenemos manuales que promueven el lenguaje incluyente, la corresponsabilidad familiar y el reconocimiento de que ahora somos capitanas, que todo lo que se dice con ‘a’ también tiene su esencia”.
El mensaje final es también una invitación a las nuevas generaciones: “Las estamos esperando, necesitamos su talento, su fuerza, su convicción y que no tengan preocupación alguna. Está la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, con todos los mecanismos y la atención. La violencia no es normal y no debemos normalizar ambientes de trabajo violentos. Brindamos un ambiente sano y libre de violencia para las mujeres… ¡Las esperamos!”