El reloj avanza muy rápido rumbo al periodo electoral de 2024. Conforme nos acercamos a la justa electoral más grande en la historia de nuestro país es importante hablar de violencia política contra las mujeres, porque sigue siendo un término poco conocido por la sociedad y resulta imprescindible que seamos todos los mexicanos quienes defendamos los derechos políticos de las mujeres.
Debemos empezar por decir que nuestros legisladores federales y locales han intentado cambiar el marco jurídico durante al menos dos décadas: desde 2002 en México se aprobaron acciones afirmativas que garantizan el acceso de mujeres a los espacios de representación.
En pleno 2023 garantizar la paridad en candidaturas entre los géneros es un mandato que incluso se encuentra en la Constitución federal y en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
¿Qué es la violencia política contra las mujeres? Revisemos algunos ejemplos que pueden dar mayor entendimiento al panorama, sobre todo para quienes no están familiarizados con este tipo de violencia.
Democracia incluyente
Básicamente implica acciones tales como no dar espacio a las mujeres para que puedan ser candidatas a puestos de elección popular. En este sentido, les son cerradas las puertas a las mujeres para que compitan en los procesos internos de los partidos políticos por una candidatura.
Otra de las prácticas que implica violencia política es obligar a las mujeres a renunciar una vez que están en sus cargos. Es decir, ya lograron tener una candidatura e hicieron la hazaña de ganar en las urnas; reciben incluso su constancia de mayoría y toman posesión del cargo que por derecho ganaron; pero a través de violencia física, amenazas y otras prácticas deleznables son obligadas a renunciar.
Una práctica más de violencia política consiste en dejar que las mujeres compitan solo en distritos o municipios donde los partidos políticos saben que existen pocas posibilidades de ganar.
La profesionalización política de las mujeres es un tema impostergable: no proporcionarles capacitación política ni desarrollo de liderazgo también es violencia política.
Rumbo a 2024 es importante recordar que no otorgarles recursos materiales o humanos para sus campañas también es violencia política.
La sociedad debe vigilar que la democracia en México sea incluyente: hombres y mujeres merecemos respeto a nuestros derechos político electorales.
Aquí daremos seguimiento puntual a este importante tema, porque rumbo a este próximo año electoral merecemos violencia política cero. Sin embargo, si somos realistas, los casos empezarán a acumularse durante los siguientes meses. Al tiempo.