CHATGPT, LA VERDADERA “PERSONALIDAD” DEL AÑO

“Es momento de reevaluar nuestra relación con la tecnología”.

Lucy Bravo
Columnas
CHATGPT IA

La prestigiosa revista Time recientemente nombró a Taylor Swift como personalidad del año por su capacidad de “transcender fronteras y ser una fuente de luz” para millones de personas en el mundo, como ha demostrado con su exitosa gira mundial The Eras Tour. Sin embargo, hay un elefante en la habitación, mejor dicho, un algoritmo en la habitación que simplemente no podemos ignorar: si bien la influencia de la estrella pop estadunidense es innegable, el personaje que marcó a 2023 fue ChatGPT.

El argumento más obvio contra ChatGPT es que no es una persona y los cínicos dirían que es simplemente una herramienta o diccionario un poco más sofisticado.

Pero en un mundo cada vez más marcado por la tecnología digital y la Inteligencia Artificial (IA) el concepto de “personalidad del año” también podría dar un guiño a este cambio de paradigma en la forma en que interactuamos, aprendemos y nos comunicamos.

Además, no sería la primera vez: el ganador en 1982 fue el ordenador personal, con 64 KB de memoria, una pantalla en blanco y negro y un disco duro de 160 KB.

ChatGPT, desarrollado por OpenAI, ha trascendido las fronteras tradicionales para convertirse en una entidad virtual que plantea muchas posibilidades a las capacidades humanas. Y también dilemas, pero su destreza lingüística y su adaptabilidad lo han puesto en el centro de atención, impactando en varios sectores, desde el servicio al cliente hasta la educación.

Lo que distingue a ChatGPT no es solo haberse convertido en el primer acercamiento masivo a este tipo de tecnología que parecía solo reservada a las tramas hollywoodenses, sino también su capacidad para generar respuestas coherentes y contextualmente relevantes a través de una adaptabilidad continua.

Su modelo de lenguaje ha evolucionado, incorporando una amplia gama de conocimientos y contexto para involucrar a los usuarios en conversaciones que parecen cada vez más humanas. ChatGPT, en esencia, simboliza la fusión del ingenio humano y la inteligencia de las máquinas, desafiando nuestras percepciones de lo que el ser humano será capaz de lograr.

Equilibrio

Sin embargo, el auge de ChatGPT también plantea consideraciones éticas. A medida que se convierte en una parte integral de nuestras interacciones diarias, es necesario abordar cuestiones sobre la privacidad, los prejuicios y el uso responsable de la IA.

Lograr el equilibrio adecuado entre el avance tecnológico y las consideraciones éticas será crucial a medida que navegamos por las aguas inexploradas de la integración de la IA en la sociedad.

Es momento de reevaluar nuestra relación con la tecnología y prepararnos para lo que viene, porque es un hecho que el futuro de la comunicación se encuentra en la intersección de la creatividad humana y la IA.

Y en lugar de luchar contra el papel cambiante de la tecnología en la configuración de nuestro mundo, es momento de explorar las dimensiones éticas del progreso tecnológico y al mismo tiempo abrazar el potencial de un cambio positivo.

ChatGPT debió ser la personalidad del año, aunque la revista Time no esté lista para tener esa conversación. Después de todo, como diría Marvin Minsky, científico estadunidense considerado uno de los padres de la IA, “¿qué somos las personas sino máquinas muy evolucionadas?”