ACUERDO CHINA-EU CONTRA EL TRÁFICO DE FENTANILO

Javier Oliva Posada
Columnas
CHINA-EU CONTRA EL TRÁFICO DE FENTANILO

En medio de los trabajos de la trascendente reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, y fuera del programa, los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos Joe Biden, firmaron una serie de compromisos dedicados de forma explícita y directa a combatir la producción y tráfico de fentanilo.

Se trata de una droga sintética que tan solo en 2022 produjo poco más de 115 muertes por el abuso en su consumo en EU, donde incluso el Departamento de Salud considera el problema como una “epidemia”.

Las implicaciones son diversas y de profundidad también para México.

En el contexto específico de las alicaídas relaciones entre China y EU la visita a suelo estadunidense del mandatario chino sin duda que es una muestra de acercamiento y, por lo tanto, de una relativa distensión.

Sobre todo si se consideran las situaciones de la invasión de Rusia a Ucrania, así como el acecho a Taiwán mediante maniobras militares por parte de la misma República Popular China.

En efecto, los acercamientos directos, es decir, en persona, entre líderes políticos siempre son de mucha utilidad para tratar temas o agendas sensibles en las relaciones bilaterales y sus efectos sobre la dinámica internacional. Sobre este particular, ambos gobiernos acordaron reanudar la cooperación militar; esto desde luego sin dejar de reconocer las diferencias que existen en varios procesos, además del de Taiwán, que se da en el Mar de China.

La reunión y posterior firma del acuerdo también revela a todas luces la gravedad del problema para la salud pública en EU, a la vez que denota un paso importante por parte de Pekín para asumir con toda seriedad la parte de responsabilidad que le corresponde en el problema. Se trata de la innegable aceptación por parte de la potencia asiática de que existe un tráfico de sustancias precursoras para la fabricación de la citada droga y que, en consecuencia, debe aportar parte de la solución.

Segunda parte

Como sabemos, el tráfico de drogas es un problema que rebasa por mucho a las capacidades de un solo país. Se requiere de la convergencia y cooperación para poderle hacer frente con razonables posibilidades de éxito.

Para México las consideraciones respecto del acuerdo firmado entre China y EU deben ser cuidadosas. Por una parte, como se recordará, recientemente el gobierno de Xi negó en todo momento que de su país salieran los insumos para la fabricación del fentanilo. La cuestión es que se calcula, desde las agencias de seguridad del país vecino del norte, que hasta 87% del consumo es abastecido por organizaciones criminales mexicanas que “ensamblan” las dosis y las introducen de manera ilegal.

Asimismo, el acuerdo firmado en San Francisco también puede traer un endurecimiento de las medidas de control fronterizo para nuestro país, sobre todo en el complejo panorama electoral presidencial, donde parece que Donald Trump comienza a aventajar a su rival demócrata, el presidente Biden.

Es de suponer que la segunda parte de la trama se dará en la anunciada reunión entre los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de EU en torno del mismo tema del tráfico de fentanilo.

México como país de paso y de producción de esa droga tendrá la oportunidad de aportar sustanciales bases para alcanzar el objetivo de contener la llegada de cientos de miles de pastillas a las calles de EU; también será una buena oportunidad para profundizar las medidas internas en aras de la cooperación de nuestro país ante un problema multilateral, así como de la agenda internacional.