CITIBANAMEX A LA BOLSA

“Lo importante es que está sano y es rentable”.

Sergio Sarmiento
Columnas
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Los directivos de Citigroup han visto con preocupación cómo el precio prospectivo de Citibanamex, el banco mexicano que pusieron a la venta en enero de 2022, ha venido cayendo.

En un principio los analistas financieros consideraban que Citi podría obtener entre doce mil 500 y 15 mil 500 millones de dólares por el banco mexicano que compró en 2001 por doce mil 500 millones. Con el paso de los meses, sin embargo, y con la reducción del número de postores ante las crecientes limitaciones impuestas por el gobierno federal, el precio ha caído a niveles de siete mil millones de dólares.

Lo peor es que en este tiempo el banco ha perdido terreno ante sus competidores. El número de cuentahabientes pasó de casi nueve millones en diciembre de 2021 a ocho millones en diciembre de 2022, una baja de 11%. El número de clientes de crédito descendió 14%, de 1.4 a 1.2 millones.

En 2022, año en que los bancos del país registraron en conjunto un aumento de 30% en sus utilidades, para alcanzar los 236 mil millones de pesos, Citibanamex tuvo una disminución de 8.7% al pasar de 22 mil 396 millones de pesos en 2021 a 20 mil 436 millones el año pasado.

Una ganancia neta de más de mil millones de dólares al año no es despreciable, aunque es más significativa para un banco de siete mil millones de dólares que para uno de 15 mil millones. Lo importante es que Citibanamex está sano y es rentable.

Visión de futuro

El anuncio de su venta, sin embargo, ha restado motivación a sus más de 30 mil empleados. Un banco debe buscar siempre mejorar su rentabilidad y encontrar nuevos negocios. En la actualidad requiere inversiones en tecnología para mantenerse competitivo. Pero en un banco a punto de venderse los dueños no han invertido lo suficiente para su constante modernización.

Con el precio tan bajo al que había caído Citibanamex quizá la mejor decisión de Citigroup es, efectivamente, preparar una oferta pública inicial, una OPI, tanto en México como en Estados Unidos. Es importante que se haga ya la separación del banco de inversión, que quedará en México con el nombre de Citi, y Banamex, que será un banco con operaciones de consumo y empresariales. El nuevo Banamex debe contar con un equipo directivo sólido. La incertidumbre es mala compañera para un banco.

Lo peor que podría ocurrirle a Banamex sería pasar a ser propiedad del gobierno. Los políticos son y han sido siempre malos administradores, pero el manejo de un banco es particularmente complicado. Vemos un ejemplo concreto hoy en el Banco del Bienestar, una institución que gasta miles de millones de pesos en la construcción de casi tres mil sucursales. La tendencia mundial es a disminuir el número de sucursales físicas. De hecho, Banamex cuenta con mil 200; son muchas, pero menos de las que quiere tener el Banco del Bienestar.

Banamex cuenta ya con 39 años de existencia. Tiene experiencia. No está condenado al fracaso. El gobierno federal ha intervenido de manera muy desafortunada en el proceso de venta, descalificando a posibles compradores, pero todavía hay una buena oportunidad para lograr una exitosa colocación de acciones en los mercados bursátiles.

Lo importante es que el nuevo Banamex adquiera una mayor visión de futuro, que entienda que la banca ya no requiere de sucursales de ladrillo, sino de sistemas informáticos modernos y eficientes. La mejor sucursal es un teléfono inteligente. Para tener éxito tendrá que hacer inversiones muy importantes. Ese será el reto una vez que se venda.