COMUNISMO Y HUMANISMO

“El humanismo es una filosofía liberal: requiere la libertad individual”.

Sergio Sarmiento
Columnas
COMUNISMO Y HUMANISMO

Un periodista le preguntó al presidente el 30 de agosto “acerca del temor al marxismo, al comunismo”. López Obrador ofreció una larga respuesta en la que dijo: “¿Qué ideología tengo? Te digo: yo soy humanista mexicano, yo me inspiro en la grandeza cultural de México… No es tenerle miedo al comunismo, no. ¿Qué es el comunismo?... En lo teórico es darle a cada quién según sus necesidades: eso es el comunismo”.

Esta visión del comunismo, sin embargo, es bastante ingenua. La frase “¡De cada quien según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades!”, utilizada por varios socialistas utópicos, como Louis Blanc, la incluyó Karl Marx en su Crítica del programa de Gotha para referirse a un punto en la historia de la humanidad en que se alcanzaría un grado superior de avance social: “Solo entonces podrá rebasarse en su totalidad el estrecho horizonte del derecho burgués”.

Sin embargo, nadie puede juzgar un sistema político o económico por sus ideales en vez de sus resultados. El nacionalsocialismo, mejor conocido como nazismo, planteaba también el gran objetivo de construir una mejor sociedad con un “hombre nuevo”. Adolf Hitler admiraba al filósofo que postuló el comunismo, a pesar de que era judío. “Karl Marx —escribió en Mi lucha— fue, entre millones, realmente el único que con visión de profeta descubrió en el fango de una humanidad paulatinamente envilecida los gérmenes del veneno social, agrupándolos, cual un genio de la magia negra, en una solución concentrada para poder destruir así, con mayor celeridad, la vida independiente de las naciones soberanas del orbe. Y todo esto solo al servicio de su propia raza”.

Libertades

Pero ni el comunismo ni el nacionalsocialismo deben ser juzgados por sus supuestos objetivos, sino por las tragedias humanas que han provocado. El comunismo busca borrar al individuo para beneficiar a la comunidad, pero el representante de esa comunidad, quien decide qué hacer, es el gobernante, que así se convierte en un dictador que toma medidas sin considerar los deseos de los individuos.

Stalin mandó ejecutar a cuando menos seis millones de ciudadanos soviéticos cuando fue secretario general del Partido Comunista de la URSS y provocó la muerte por hambre de por lo menos tres millones más al confiscar las granjas privadas para convertirlas en colectivas. En China, cuando menos 45 millones murieron por hambre, cansancio o violencia gubernamental durante el régimen de Mao Zedong; muchos también por la colectivización de las granjas privadas.

López Obrador afirma que es un humanista y que su ideología personal puede designarse como “humanismo mexicano”. Pero no hay nada más lejano al humanismo, una filosofía que defiende las libertades individuales, que considera al ser humano como “la medida de todas las cosas” en las palabras de Protágoras, que el comunismo y el nacionalsocialismo, que parten de la idea de que el individuo no importa sino la colectividad.

En realidad, AMLO no ha actuado como comunista, no ha sido un Hugo Chávez, pero sí ha manifestado admiración por las ideas del comunismo y por las acciones de algunos comunistas relevantes, como el dictador cubano Fidel Castro. Pero si realmente es un humanista, si considera que el ser humano tiene el derecho de tomar sus propias decisiones, debe rechazar las filosofías que descartan las libertades personales y piensan que el individuo debe servir a un dictador.

El humanismo es una filosofía liberal: requiere la libertad individual. El comunismo es autoritario porque se fundamenta en la idea de que para construir una utopía la sociedad debe limitar las libertades individuales.