CURIOSIDAD UNIVERSAL

“Sorprendente regularidad en las distintas regiones del mundo”.

Curiosidad
Daniela Suárez
Columnas
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La curiosidad es más importante que el conocimiento.

Albert Einstein

¿Te has puesto a pensar alguna vez si la curiosidad tiene algún tipo de patrón? ¿A todos nos dará curiosidad lo mismo? Un nuevo estudio publicado en Scientometrics dio a conocer que la curiosidad humana, en especial la que impulsa la investigación académica, sigue un patrón.

Al analizar los intereses registrados de diversos eruditos nacidos antes de 1700 los investigadores descubrieron que la curiosidad intelectual tiende a agruparse en torno de tres grandes ámbitos: lo humano, lo natural y lo abstracto.

Estas agrupaciones aparecen en proporciones similares en regiones y épocas históricas muy diferentes, lo que de acuerdo con los expertos indica una posible estructura universal en la forma en que las personas buscan el conocimiento.

Aunque suene redundante, los investigadores justamente tenían curiosidad sobre la curiosidad y querían saber si esta tenía la misma naturaleza en el ser humano; por ende, recurrieron al pasado para averiguarlo.

Los autores utilizaron una base de datos que recopila información de distintos catálogos en línea y restringieron su análisis a los eruditos nacidos antes de 1700. Eligieron esta época previa al surgimiento de las universidades modernas y de la profesionalización de la ciencia, ya que la investigación era más accesible y estaba menos regulada. Al examinar las ocupaciones y áreas de especialización registradas, los investigadores esperaban descubrir patrones más amplios sobre cómo se estructuraban los intereses intelectuales.

Patrones

Hugo Mercier, autor del estudio y director de investigación del Instituto Jean Nicod, y su equipo analizaron un conjunto de datos de más de 13 mil 500 académicos. Entre ellos, dos mil 317 se consideraban polímatas, es decir, personas con al menos dos intereses académicos distintos.

Estos polímatas constituyeron la muestra básica para construir una red de intereses académicos. Cada interés como matemático, filósofo o geógrafo se trató como un nodo, y las conexiones entre ellos se basaron en la frecuencia con la que coincidían en los estudios individuales. Este enfoque permitió a los investigadores explorar qué combinaciones de intereses se daban con más frecuencia. Para evitar que el predominio de los eruditos europeos sesgara los resultados los investigadores crearon una red global combinando a los polímatas no europeos con un subconjunto de polímatas europeos de igual tamaño.

También crearon redes separadas para eruditos europeos y no europeos, y las compararon utilizando una métrica que les permitió evaluar la similitud de los intereses entre regiones: los resultados mostraron que los patrones coincidentes eran coherentes en todos lados. Ya sea en Europa, Oriente Medio o Asia Oriental, ciertos intereses tendían a ir de la mano.

Cuando los investigadores agruparon los intereses, surgieron tres grandes dominios. El ámbito humano incluía campos como la filosofía, la teología y la historia. El ámbito natural incluía la zoología, la botánica y la geografía. El ámbito abstracto incluía intereses como las matemáticas, la astronomía y la musicología.

La mayoría de los eruditos estaban afiliados a uno o varios de estos dominios y esas afiliaciones aparecían con sorprendente regularidad en las distintas regiones del mundo.

Para comprobar si la estructura de la curiosidad había cambiado con el tiempo, los investigadores también examinaron cómo evolucionaban estos patrones en distintos periodos históricos. Una vez más, constataron una coherencia notoria. La proporción de estudiosos en cada ámbito se mantuvo relativamente estable a lo largo de los siglos, sin que hubiera indicios claros de un desplazamiento histórico a largo plazo hacia o desde un único ámbito.

Y a ti, ¿qué rama académica te gusta más?

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