EL CADÁVER

Sergio Pérezgrovas
Columnas
ELENA GARRO

La piedra se solidificaba al terminar cada palabra, quedando escrita para siempre en el tiempo.

Elena Garro


Elena Delfina Garro Navarro nació en Puebla de Zaragoza el 11 de diciembre de 1916 y murió en Cuernavaca el 22 de agosto de 1998. Fue precursora del realismo mágico, aunque le cagaba esta clasificación porque consideraba que era una etiqueta mercantilista.

Afirmaba que el realismo mágico era la esencia de la cosmovisión indígena y, por ende, no había nada nuevo bajo el sol.

Su obra Los recuerdos del porvenir (escrita cuatro años antes que Cien años de soledad) fue la que inició en 1963 el movimiento. Según palabras del crítico Sergio Callao tanto en esta obra como en la de Juan Rulfo, Pedro Páramo, hay una clara denuncia contra el caciquismo. Sus escritos son fundamentales para la literatura mexicana.

Además de su labor como escritora incursionó en otras disciplinas artísticas como la danza, la actuación y la coreografía. Sus piezas teatrales, sobre todo en el teatro del absurdo, representaron un soplo de aire fresco para la dramaturgia. Fue indigenista y feminista, retrataba y cuestionaba los resultados de la revolución, hablaba de la conquista y, sobre todo, de las desigualdades sociales en México. Muchos intelectuales afirman que después de Sor Juana Inés de la Cruz es sin duda la mejor escritora de México.

Sin embargo, su literatura se vio opacada por su exmarido, Octavio Paz, a quien conoció en la UNAM y con quien tuvo una hija (Laura Helena Paz Garro).

Viajó a España en plena guerra española con su entonces marido y asistió al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en Valencia. Durante su vida no recibió ningún reconocimiento.

También fue periodista y comenzó a publicar en la revista Así desde 1941. Sin embargo, se sentía frustrada por ser “la esposa de Paz”. Intentó suicidarse dos veces en 1947 y aunque su matrimonio no funcionaba fue hasta 1951 que finalmente se divorció.

Asimismo, trabajó con Carlos Madrazo y fue acusada de colaborar con el gobierno estadunidense e instigar al movimiento estudiantil de 1968, que terminó con la masacre de Tlatelolco. Se dijo que también actuó como agente del gobierno para debilitar al movimiento, siendo así toda una intelectual orgánica. Se autoexilió en Europa debido a las acusaciones en su contra.

Durante diez años no escribió absolutamente nada. Se refugió en Cuernavaca, Morelos, donde falleció el 22 de agosto de 1998, a los 81 años, debido a un cáncer de pulmón, en compañía de su hija con quien vivía. Fue enterrada en el panteón de la Paz, ubicado en el sur de la Ciudad de México. Así, incluso en su muerte estuvo rodeada por la sombra de su exmarido y acabó siendo enterrada en el panteón con el mismo nombre que el de Octavio.

Paro cardiaco

Elena murió de un paro cardiaco, informó el médico que realizó el acta de defunción. Sin embargo, había algo sospechoso en ese cuerpo y Tris, quien sabía mucho, notó que la mujer estaba completamente amoratada cuando llegó a la morgue, dado que nadie había reclamado el cuerpo. Lo único que sabían era que se llamaba Elena, de apellido Garro, como la escritora.

Tris descubrió que el doctor había mentido y cuando lo interrogó con pistola en mano él confesó:

—Su amante la golpeó, pero murió de un infarto. Él es un alto funcionario público y no quiere escándalos.

Al final, Tris logró sacarle el nombre a aquel sujeto.

Llegó a la oficina por la noche. El funcionario estaba solo en su despacho. Nadie vio entrar ni salir a Tris, excepto una cámara de seguridad que no funcionaba. El hombre estaba solo. Sobre su escritorio había una botella de whisky Macallan 25. Tris no sabía que era una botella muy cara, pero aun así se la estrelló en la cabeza mientras decía:

—Entonces golpeaste a tu amante con algo parecido y eso le causó la muerte. Hoy es tu día, vas a morir como ella.

Al terminar de hablar, comenzó a golpearlo. El hombre no reaccionaba y terminó en el suelo. Luego Tris le administró cinco pastillas de clonazepam, lo que provocó un infarto. Debido al alcohol en su sistema, el colapso llegó rápidamente. Cuando llamaron al forense, este indicó en el certificado de defunción que murió por un paro cardiaco.