EL CONSUMO DE FENTANILO, EN EL CENTRO DEL DEBATE

“El país más voraz del mercado”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Como sabemos, se trata de una droga fabricada mediante la mezcla de varios precursores químicos que pueden ser adquiridos de forma legal en el mercado internacional de las sustancias reguladas en la industria químico farmacéutica.

En una breve y sencilla búsqueda en internet se encuentran los siguientes e interesantes datos. Fue creado por el químico Paul Janssen en Estados Unidos en 1960 y autorizado para su uso público en 1968. Tan solo en 2015 se consumieron mil 600 kilogramos bajo prescripción médica en todo el mundo. Según los estudios referidos, es 100 veces más potente que la morfina y 50 más que la heroína, en este caso opioides naturales, en las mismas cantidades suministradas.

Su principal aplicación médica es para mitigar agudos dolores, que pueden ser generados sobre todo por el cáncer, así como ante efectos secundarios de intervenciones quirúrgicas de cualquier tipo. Por sus ventajas la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera como uno de los 100 medicamentos básicos a nivel mundial.

Esto en muy buena medida explica la extensa difusión en su uso, pero sobre todo los grandes intereses económicos (legales, digamos) para su fabricación y receta conforme a las exigencias en los tratamientos de pacientes gravemente afectados.

Apenas en dos años, de 2019 a 2021, las autoridades sanitarias de EU registraron un devastador aumento de 94% de las muertes producidas por sobredosis en el uso y abuso ilegal del fentanilo.

La cuestión comenzó a llamar la atención a nivel mundial desde 2015, cuando el disparo por el fallecimiento de consumidores también en Canadá alcanzó la clasificación de epidemia de fentanilo, para ser ubicado como un serio problema de emergencia de salud pública.

Enfoque

En medio de un intenso debate y enfebrecida actividad bilateral, tanto autoridades diplomáticas como de seguridad de México y EU, la visibilidad que alcanza el comercio ilegal de precursores para fabricarlo, transportarlo, distribuirlo, venderlo y recuperar las ganancias se ha convertido en un auténtico asunto de prioridad bilateral.

La cuestión —además del lugar común de clasificarla como compleja— demanda un nuevo enfoque y tratamiento para poder hacerle frente, en primera instancia, para evitar la muerte de decenas de miles de personas en el mundo, no solo las que se contabilizan en términos geográficos en América del Norte.

Dramáticos testimonios videograbados y escenas callejeras —principalmente en EU—generan un importante impacto en la opinión pública de ese país, con sobrada razón.

Sin embargo, llama la atención que sea hasta ahora y derivado de manera directa del inicio de las precampañas (muy largas, por cierto, debido a que los comicios son hasta el 8 de noviembre del siguiente año) que en ese país se discutan medidas y procedimientos, además de los sanitarios, legales, judiciales y diplomáticos. El mercado ilegal del consumo de las drogas demanda la indispensable concurrencia multilateral y de autoridades de los gobiernos y sociedades afectadas. Más adelante me referiré a las acciones que han comenzado a articularse entre nuestras autoridades y las de Canadá y EU.

Pero en consonancia con la problemática del tráfico de drogas de México hacia el país más voraz del mercado, es que nuestro gobierno comienza a plantear y difundir medidas para contener y en su caso suprimir la producción ilegal de tan peligrosa droga. Seguiremos con el tema.