EL PLÁSTICO QUE BEBE LUZ: UN DESAFÍO HÍDRICO-ECOLÓGICO

Robles y Martínez
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El plástico, ese material ubicuo que ha moldeado nuestro mundo moderno, se ha convertido en la sombra que asfixia a nuestro planeta. En México su ubicuidad se traduce en una paradoja cruel: las toneladas de residuos plásticos no solo degradan nuestros ecosistemas marinos y terrestres sino que además se alían con la naturaleza para exacerbar crisis esenciales: la escasez de agua y las inundaciones. Sin un drenaje eficiente, un simple empaque se convierte en un dique minúsculo, pero sumatorio, que tapona el flujo vital.

Ante este panorama, donde el problema y la escasez hídrica parecen dos caras de una misma moneda de polímeros, surge una propuesta con la claridad del agua tratada: Puribag. Este proyecto, concebido por los estudiantes politécnicos Cristian Martínez Domínguez y Delia Guadalupe Robles Galeana, no busca solamente mitigar el residuo, sino también convertir el acto de degradación en un acto de purificación.

Según Delia Robles, solo en México se consumen más de diez millones de productos plásticos cada minuto. La estadística no es solo un número, es una sentencia ambiental: un solo desecho arrojado a un canal de drenaje puede tardar más de mil años en disolverse y su acumulación contribuye a 50% de las inundaciones.

Este panorama catastrófico, visible en los desbordamientos y en los grifos secos, es el que impulsó a estos ingenieros de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Energía y Movilidad (UPIEM) del IPN a buscar una solución que trascendiera el reciclaje convencional.

El concepto es elegante en su simplicidad: crear un plástico que al contacto con el agua y la luz solar no solo se disuelva de forma segura, sino que libere una carga de ciencia salvadora.

Del desecho al deseo

De hecho, el corazón de Puribag es un fotocatalizador integrado a la matriz polimérica del material:

Disolución activa A diferencia de los plásticos que tardan milenios en rendirse, Puribag está diseñado para una disolución rápida en entornos acuosos.

Química de la luz La verdadera proeza reside en su acción purificadora. El fotocatalizador, al ser activado por la radiación solar (UV), induce reacciones químicas que descomponen los contaminantes orgánicos presentes en el agua. En esencia, el plástico se disuelve y, en un acto de redención química, utiliza la energía del sol para “comerse” la suciedad del agua.

La visión de los creadores es práctica y urgente. Imaginen un hogar sufriendo escasez, recolectando agua de lluvia: al introducir un empaque de Puribag se inicia el proceso de saneamiento. La promesa se extiende incluso al agua gris de la lavadora o la ducha, que biológicamente es perecedera. Al añadir este material se prolonga su vida útil, permitiendo su reutilización en tareas domésticas o de riego, cerrando un microciclo hídrico en cada casa.

El camino desde la idea hasta el prototipo, una bolsa que actualmente está en pruebas físico-químicas, ha sido un esfuerzo colectivo que subraya el potencial de la colaboración científica mexicana. Instituciones de la talla del Cinvestav, la UNAM y la Universidad Autónoma Chapingo han aportado su conocimiento a esta formulación que combina el polímero base y el agente fotocatalítico.

Este proyecto encarna una nueva filosofía de diseño: no solo que el producto sea menos malo sino que sea intrínsecamente beneficioso en su ciclo de vida y desecho. Es la ingeniería aplicada a la conciencia social, un recordatorio de que la tecnología más avanzada no es la que llega a las estrellas, sino la que sabe cuidar el agua que cae sobre la tierra.

Puribag es más que una bolsa biodegradable; es un kit de supervivencia en forma de polímero, una luz de esperanza para un país acorralado por el plástico y la sequía. Es la semilla de la que hablan Delia y Cristian, una que promete florecer en un futuro donde el desecho no sea un final, sino el inicio de la purificación.

Solución híbrida
Problema
Solución del IPN
Mecanismo Doble
Contaminación por plásticos (causan 50% de inundaciones).
Puribag: plástico con fotocatalizador.
1. Disolución El material se disuelve en agua.
Escasez y agua gris (necesidad de almacenar agua de lluvia/uso).
Diseñado como bolsas o empaques.
2. Purificación (fotocatálisis) Al disolverse, el fotocatalizador se activa con la luz solar.
Desechos no reciclables (plástico de un solo uso, tarda mil años en degradarse).
Convierte el residuo en un agente de saneamiento.
Resultado Descompone contaminantes, permitiendo almacenar el agua por más tiempo para reutilización (riego, limpieza).
Meta Mitigar inundaciones y fomentar la reutilización segura del agua en hogares mexicanos.
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