EL SECRETO ESCONDIDO DE KUKULCÁN: UN VIAJE CON MUONES CÓSMICOS AL CORAZÓN DE LA PIRÁMIDE

“Mapear cámaras ocultas, pasadizos o incluso la existencia de otra pirámide”.

Kukulcán
Columnas
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Imagine un misterio milenario, envuelto en piedra y tiempo, esperando ser revelado. Ahora imagine la tecnología más vanguardista, digna de la ciencia ficción, desentrañando ese enigma sin mover una sola piedra.

Esto no es una fantasía sino una emocionante realidad que toma forma en el sureste mexicano, donde científicos de México y Estados Unidos están a punto de reanudar un proyecto pionero: usar la muografía para “ver” el corazón del icónico Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá.

Desde las profundidades del Cosmos unas partículas invisibles y extraordinariamente penetrantes, los muones, viajan constantemente hacia la Tierra. Similares a los electrones, pero miles de veces más masivas, estas “flechas cósmicas” son el boleto de entrada para una nueva era de exploración arqueológica no invasiva. Es aquí donde entra en juego el detector o “trazador” de muones, una maravilla tecnológica construida en Estados Unidos, ahora en tierras mexicanas, listo para desvelar los secretos que la pirámide de Kukulcán ha guardado por siglos.

El equipo, liderado por el investigador Edmundo García Solís, de la Chicago State University, y con el apoyo crucial del doctor Arturo Alejandro Menchaca Rocha, del Instituto de Física de la UNAM, busca aplicar la física más avanzada a la arqueología.

¿La gran pregunta? Resolver la intriga de si el Castillo de Kukulcán es, como sospechan los expertos del INAH, una verdadera “muñeca rusa” de piedra.

Las investigaciones previas sugieren que bajo la subestructura descubierta en 1931 podría existir una pirámide aún más pequeña. ¡Imaginen la emoción de encontrar una tercera estructura anidada!

Y la trama se complica. Algunos arqueólogos incluso aventuran la posibilidad de que en el interior de esta supuesta segunda subestructura se encuentre la esquiva tumba de Kukulcán-Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, una deidad fundamental en la cosmovisión mesoamericana.

Si esto fuera cierto, sería un hallazgo de proporciones históricas, redefiniendo nuestra comprensión de las prácticas funerarias y el simbolismo en la antigua civilización maya.

Radiografía cósmica

Pero, ¿cómo funciona exactamente esta “visión” a través de la piedra? El detector de muones es un dispositivo de alta precisión diseñado para identificar y trazar la trayectoria de estas partículas subatómicas. Al igual que una radiografía médica revela nuestros huesos, este detector creará una “imagen de densidad” del interior de la pirámide. Los muones que atraviesen espacios vacíos o menos densos llegarán al detector en mayor cantidad que aquellos que pasen por roca sólida y densa.

Analizando este “patrón de densidad” los científicos podrán mapear cámaras ocultas, pasadizos o incluso la existencia de otra pirámide.

El proyecto no es una mera suposición. Trabajos previos del Instituto de Ingeniería de la UNAM ya confirmaron que “hay algo” debajo de la subestructura, aunque sin la capacidad de generar imágenes. Ahora, con esta tecnología de vanguardia, el equipo se prepara para obtener una “visión” clara y sin precedentes.

El detector, que ya ha sido ensamblado y probado en México, se someterá a una prueba final crucial en una de las torres sin ventanas del Instituto de Física de la UNAM antes de su traslado a Chichén Itzá. La instalación en la zona arqueológica está programada para comenzar el 12 de agosto. Para no interferir con la experiencia de los miles de turistas que visitan Chichén Itzá, los investigadores trabajarán antes y después del horario de apertura al público.

Una vez instalado y puesto en marcha, el detector de muones comenzará su meticulosa labor de recopilación de datos, una tarea que se estima tomará al menos seis meses. El doctor Menchaca Rocha, pionero en este campo en México y Latinoamérica, confía plenamente en la tecnología: “Y si hay algo debajo de la subestructura del Castillo de Kukulcán, lo sabremos gracias al ‘trazador’ de muones”.

Este emocionante proyecto que une la astrofísica con la arqueología milenaria promete develar secretos ocultos y reescribir la historia. Imagine el momento en que se revele la primera imagen del corazón de Kukulcán, una proeza de la ciencia moderna al servicio de nuestro fascinante pasado. ¿Qué maravillas aguardan bajo la piedra de Chichén Itzá, esperando ser descubiertas por los ojos invisibles de los muones cósmicos?

Aplicaciones de los detectores de muones

La capacidad de estas partículas para penetrar materiales ofrece una visión única en diversos campos.

  • Arqueología y Geología

Muon-radiografía (Muografía) Permite crear “radiografías” de grandes estructuras (pirámides, volcanes, tumbas). Identifica vacíos, cámaras ocultas o diferencias de densidad. Ejemplo: proyecto para “ver” el interior de la pirámide del Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá. Método no invasivo ni destructivo.

Estudio de volcanes Ayuda a mapear la estructura interna de los volcanes. Monitorea cambios en la densidad del magma para obtener información sobre actividad.

  • Física de partículas

Detectores en aceleradores Componentes cruciales en experimentos como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN. Identifican muones generados en colisiones de partículas. Fundamental para el estudio de partículas elementales y nuevos descubrimientos.

  • Seguridad y detección

Detección de contrabando Se investiga su uso para detectar materiales densos (residuos nucleares, contrabando). Permite “ver” dentro de contenedores o almacenes.

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