Conversé con Eréndira Cruz Villegas, consejera jurídica y de Servicios Legales del gobierno de la Ciudad de México, en un momento en el que la justicia cotidiana se define en trámites concretos que cambian vidas.
Desde el inicio de la charla la consigna fue clara: estar cerca de la gente. En sus palabras, “este es nuestro tiempo y es el tiempo también de que más personas nos conozcan y sepan que estamos siempre cerca de ellos”.
Su historia está marcada por la periferia y por dos figuras fundamentales: su madre y su padre. Ella misma lo dice sin rodeos: “Soy parte de la periferia; nací en 1970 entre los peñascos, entre las piedras, en los pedregales de Coyoacán, aquí en un asentamiento que se dio al sur de la Ciudad de México en ese momento, porque la capital también es fruto de la migración y de la lucha y del esfuerzo”.
Desde ahí sus padres le enseñaron que estudiar y luchar era una forma de dignidad: “Y en este sentido debo apreciar que efectivamente mi padre siempre luchó por sus ideales, igual que mi mamá. Son gente que viene de las luchas y organizaciones diversas, de diversos tiempos de este país. Y de la solidaridad también, porque México ha sido muy cálido y muy generoso desde Lázaro Cárdenas”.
A esa raíz se suma una trayectoria académica y profesional con un eje claro, que son los derechos humanos: Cruz Villegas es licenciada en Derecho y licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM; maestra en Ciencias de la Educación; especialista en derechos humanos y en desplazamiento interno; y cuenta con un doctorado en Docencia e Investigación Social.
Fue la primera mujer fiscal de búsqueda de personas desaparecidas en la Procuraduría General de la República, comisionada especial de derechos humanos en el gobierno de Oaxaca y jefa de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Cultura del gobierno federal. Hoy encabeza la Consejería Jurídica y de Servicios Legales de la CDMX.
Dignidad
Su vida ha estado cruzada por las luchas de derechos humanos y por las historias de quienes han buscado justicia donde antes solo había puertas cerradas. De esas experiencias nace una convicción feminista que coloca la memoria en el centro: “Creo que en este tiempo de una visión feminista es necesario justamente no olvidar las luchas, las causas, no perder el territorio, siempre estar cercano al territorio, siempre estar cerca del clamor social y siempre atender con la ética pertinente”.
Desde la Consejería Jurídica la apuesta es que la justicia cotidiana sea realmente accesible. Cruz lo explica a partir de lo más básico y de la tecnología al servicio de la gente: “Porque tenemos ahora una ventanilla única para este tipo de servicios, para agilizar o hacerlos en línea. Tenemos un chatbot, pueden hablar, escribir y les vamos orientando en los 52 servicios que tenemos aquí en estas áreas de defensoría, de atención ciudadana”. Esa herramienta está disponible en el 554607-3890, pensado para orientar y acompañar a la ciudadanía en sus gestiones jurídicas más frecuentes.
Esa cercanía se construye también en el territorio. Ella recuerda que hay un esfuerzo permanente por salir a las colonias: “Todos los jueves vamos al Casa por casa. Luego ni nos creen que somos los secretarios los que vamos y tocamos a su puerta. Dicen, ‘¿a ver, enséñenme dónde está en el Google que usted es? Entonces esa cercanía es muy padre”, afirma. “Entonces piensan, ‘¿esta doña de barrio qué hace aquí?’. Ahí se rompe la vieja idea de una Consejería lejana”.
La justicia cotidiana también se enlaza con la seguridad y la paz. Ahí está, por ejemplo, el gabinete de seguridad que se reúne cada mañana.
Al final le pido un mensaje para quienes nos leen, especialmente para las mujeres, que muchas veces sienten que la justicia les queda lejos. Cruz responde que “debemos continuar para que los derechos sean una realidad, para que la igualdad no sea solamente una palabra falsa y que en esta lógica trasmitamos de palabra, voz y corazón que en este país sí se puede, que tenemos dignidad y que podemos hacer todo lo que nos propongamos”.
Justicia cotidiana, ventanilla única, chatbot, casa por casa, gabinete de seguridad a las seis de la mañana y tiempo de mujeres: así entiende Eréndira Cruz Villegas la Consejería Jurídica, una institución que busca que la legalidad deje de ser una promesa abstracta y se vuelva parte de la vida diaria de quienes habitan esta ciudad.

