El Mundial de Clubes entra en su fase crítica rumbo a los últimos partidos de su primera edición con 32 equipos, donde de nueva cuenta quedó latente que el mejor futbol a nivel de clubes se encuentra en Europa: tiene las mejores potencias, las ligas, los mejores jugadores y no hay ninguna región que le haga sombra.
Al término de la primera ronda clasificaron a los partidos de eliminación directa ocho equipos europeos contra cuatro sudamericanos, dos norteamericanos y un asiático. Manchester City consiguió tres de tres triunfos; Bayern Múnich terminó con doce goles, incluido un triunfo aplastante de 10-0 ante el Auckland City; y el PSG a medio gas le bastó para terminar como líder de su grupo.
Desde la creación del torneo a comienzos de este siglo los europeos se han llevado 16 de las 20 ediciones disputadas y en este nuevo formato también sus clubes son favoritos para alzar la copa. Pese al poco tiempo de preparación de varios de sus equipos, sus plantillas han logrado resolver en los momentos cruciales para finiquitar a sus adversarios.
Los cuatro clubes brasileños dieron la mejor versión de Sudamérica al clasificarse para las rondas finales, en contraste con los dos clubes argentinos.
Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo le dieron oxígeno al futbol brasileño a nivel internacional, mientras que Boca Juniors fue una gran decepción pese a contar con la afición que más reunió seguidores en los estadios en los que se presentó.
El futbol mexicano pasó de la penosa descalificación del León y el desencanto con el Pachuca que no pudo sumar ningún punto, a un gran desempeño de Rayados de Monterrey, que clasificó a octavos dejando fuera a River Plate, incluyendo un valioso empate ante el Inter de Milán.
Compromisos
El Mundial de Clubes también evidenció el bajo nivel de los africanos, oceánicos y asiáticos (con excepción del Al-Hilal), que fueron marginados desde el inicio del certamen.
Las brechas económicas y de infraestructura quedaron latentes con presencia de equipos amateurs como el Auckland de Nueva Zelanda, que por lo menos tuvo un momento glorioso en su modesta historia al lograr igualar el marcador ante Boca.
Fuera del partido entre el PSG y el Atlético de Madrid, que reunió a más de 80 mil aficionados en el Rose Bowl, el resto de la primera ronda tuvo un promedio de 34 mil asistentes, que es una marca modesta para la importancia que quiere alcanzar este certamen en el calendario internacional.
Este experimento de la FIFA debe resolver para futuras ediciones el gran problema de un calendario sobresaturado, que ya no tiene cabida para más torneos internacionales. Las estrellas del balompié tienen agendas saturadas entre torneos locales e internacionales a nivel de clubes, que se empalman con sus compromisos de selección nacional, con periodos muy cortos de descanso y vacaciones.
Una muestra de lo anterior fue que en el mismo mes del Mundial de Clubes se disputaron los torneos de la Copa de Oro, la UEFA Nations League y partidos eliminatorios rumbo al Mundial de 2026.
Estos son algunos retos de un torneo que puede convertirse en un gran evento en los próximos años, pese al gran dominio que Europa muestra sobre el resto del planeta.