“EXPLORAR EL MUNDO A TRAVÉS DE LA POESÍA HECHA POR MUJERES”

Martha Mejía
Columnas
MUJERES EN LA POESÍA

Mercedes Alvarado, escritora y poeta, cuya obra se ha publicado en México, Estados Unidos, Perú, España, Portugal y Noruega, platica sobre la poesía construida por y para las mujeres.

—¿Cómo llegó a la poesía?

—La poesía te da una oportunidad que no te da el lenguaje común: la de renombrar las cosas y hacer que la imposibilidad sea posible. Cosas que, por ejemplo, nos cuesta mucho trabajo nombrar en lo cotidiano, con el lenguaje común. En este sentido, la poesía abre posibilidades para que las nombremos de otra manera, para que nos acerquemos a temas que son complicados.

—¿Qué distingue a la poesía hecha por mujeres?

—La poesía escrita por mujeres en los últimos 100 años ha tomado lo que antes eran espacios privados y los ha hecho públicos. Hoy tenemos a poetas mujeres que hablan de cómo hacer hogar en el siglo XXI, qué significa la maternidad, cuál es la relación con mi cuerpo… Pero ya no es la concepción clásica de estar sometidas a los mandatos sociales, sino que sobre todo nos estamos haciendo preguntas y estamos retando al sistema todo el tiempo, estamos cuestionando todo el tiempo. Y eso es lo que me parece más interesante en la literatura escrita por mujeres en los últimos años.

Añade Alvarado que “hay muchas escritoras en este momento; no es que no las hubiera antes, lo que pasa es que ahora estamos más publicadas y más visibles. No todavía de manera suficiente, pero hay un gran avance al respecto. Somos parte de la colectividad, aunque cada una estemos trabajando en sus proyectos. Pero claro que hay puntos que tenemos en común, temas que nos interesan a todas. Hay maneras de nombrar cómo la mujer ha tenido este cambio que viene a raíz de los movimientos sociales. Creo que las mujeres estamos nombrando y diciendo las cosas de una manera distinta en todos los ejercicios creativos y culturales del mundo. Al final es un camino largo, como todo cambio social, pero creo que vamos avanzando”.

Derecho a la palabra

—¿De qué trata su último libro, Nombres propios?

—Se trata de un poemario que aborda el duelo colectivo y lo que humanamente cambia en las personas cuando se quedan esperando, buscando y en la incertidumbre respecto de los que faltan, los desaparecidos. Lo comencé a escribir hace casi once años a raíz de la desaparición de un amigo: David Sosa Pérez. A lo largo del tiempo se fueron juntando los poemas y finalmente decidí trabajarlo y editarlo, porque creo en la importancia de hablar de las víctimas vivas, de las implicaciones que tiene la desaparición de personas en la vida íntima y familiar, de nuestro derecho al duelo y cambios que hemos tenido que hacer para sobrevivir a esa duda constante. También es un ejercicio de reconocer que existen estas víctimas colaterales, reconocer su amorosísima existencia y resistencia civil que llevan a cabo todos los días en estas labores y darnos el permiso de nombrar esto que está pasando.

—¿Cuál es la recomendación para las jóvenes que quieran incursionar como autoras de poesía?

—Para escribir hace falta leer muchísimo y empezar a escribir. Creo que las chavas tienen que ser muy conscientes de que tienen derecho a la palabra. Ese es un derecho humano: decir lo que sientes, lo que piensas, lo que te sucede. Tienen que apoderarse de ese derecho, hacer uso de él. Porque al final somos nosotras las que vamos cambiando las narrativas. Que no le tengan miedo a nada y que confíen siempre en sus procesos creativos de escritura.