FORO Y DIÁLOGO DE SHANGRI-LA (IISS)

“Proyección de los intereses nacionales”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Realizado los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio pasados, se trata de un evento de primera relevancia a nivel mundial en lo que se refiere a los análisis y perspectivas desde esa parte del mundo.

Creado y auspiciado por el prestigioso Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, www.iiss.org, fundado en 1958), con sede en Londres, se dan cita los principales responsables de los ámbitos militares, estratégicos, tecnológicos y académicos, entre otros, para establecer un abierto y franco ambiente de intercambio de opiniones con el objetivo sustancial de construir los equilibrios necesarios para que la paz sea la norma y no la excepción.

Ahora se dieron cita ni más ni menos —desde luego en horarios y días diferentes— el jefe del Departamento de Defensa de Estados Unidos, general Lloyd Austin, y el ministro de Defensa de la República Popular de China, general Li Shangfu.

En sus respectivas participaciones no hubo lugar a dudas respecto de la difícil y tensa situación por las que pasan sus relaciones diplomáticas, comerciales y militares a raíz de una serie de demostraciones de ambas partes respecto de que no están dispuestas a dar un paso atrás o al lado en lo que se refiere al apoyo al gobierno de Taiwán o a los reclamos soberanistas de la llamada desde Pekín como “isla rebelde”.

Más aún en la cada vez más prolongada, compleja y por tanto peligrosa invasión de Rusia a Ucrania, donde China y su gobierno vienen cobrando un papel cada vez más influyente en cuanto a la búsqueda de opciones para lograr una solución o al menos una pacificación momentánea para que, sobre todo, la población del país agredido pueda encontrar un respiro para sobrevivir.

En las mesas de trabajo y de debate realizadas en el Foro de Shangri-La también fue evidente la ausencia de estímulos para en el corto plazo encontrar y formular algún procedimiento que acerque a las partes y en lo posible evite fricciones como la observada el miércoles 7 en el Estrecho de Taiwán, donde un destructor chino se atravesó en el desplazamiento de dos embarcaciones navales, una de Estados Unidos y otra de Canadá. Un momento, sin exageración, de extrema gravedad.

Las maniobras navales y aéreas continúan, con el enorme riesgo de un accidente o una decisión equivocada en los adiestramientos. No habrá lugar para investigaciones, disculpas o aclaraciones.

Posturas

Desde México, además de atender la extenuante agenda de las seguridades y por supuesto la político-electoral, las dinámicas internacionales son tan o en ocasiones más influyentes y duraderas en sus efectos que las nacionales.

En este sentido hay que analizar con detenimiento cómo por una parte se van consolidado bloques a la vez que se reagrupan intereses geopolíticos; y, por otra, la gradual pero evidente escalada de tensiones diplomáticas y militares que día con día dejan menos espacio para posturas indefinidas o poco escaso compromiso con alguno de los bandos: es ahí en donde las capacidades para la proyección de los intereses nacionales de México tiene importantes opciones de incidir de manera constructiva en la búsqueda de acuerdos, al menos preliminares.

Con una guerra de larga duración y el creciente potencial de otro conflicto entre China y Taiwán, que tendría la participación militar directa de las Fuerzas Armadas de Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, Filipinas, Vietnam, Australia y desde luego EU, colocaría al planeta en una situación límite, al borde de una guerra sin freno en cuanto a las capacidades de destrucción.

Por eso atender a foros como el convocado por el IISS resulta tan relevante para conocer de viva voz las prioridades de las potencias y de bloques de poder regionales.