Hoy se habla de manera positiva del ciclismo mexicano gracias a las grandes actuaciones que ha tenido a lo largo de 2025 nuestro compatriota Isaac del Toro, quien con 21 años demuestra tener madera para llegar muy lejos.
Pero detrás de estas alegrías que entrega Del Toro se encuentra un ciclismo mexicano que viene arrastrando actos de corrupción, mismos que comenzaron a ser notables bajo la gestión de Edgardo Hernández, quien posteriormente fue desconocido por la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Después llegó Gerardo Langarica a hacerse cargo del ciclismo mexicano, con el apoyo de Ana Gabriela Guevara, pero nunca fue bien visto.
Entonces comenzó la idea de reestructurar de manera urgente al ciclismo nacional, siendo pilares fundamentales el Comité Olímpico Mexicano (COM) y la propia UCI.
Y en días pasados ambos organismos (COM y UCI) resolvieron el conflicto designando a Bernardo de la Garza como titular de la nueva Federación Mexicana de Ciclismo, que será mejor conocida como Unión Ciclista de México.
Decisión arriesgada, pero…
Así, de primera intención, le puedo decir que la designación del exdirector de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) como nuevo titular del ciclismo mexicano luce arriesgada, porque la realidad es que no tiene toda la experiencia del mundo en la materia, aunque tampoco es un ignorante del tema.
Más allá de su alma política (precandidato a la Presidencia en 2006 por el Partido Verde), De la Garza es un hombre que se ha dado a la tarea de involucrarse en el deporte de manera permanente y, en términos generales, con buenos resultados.
Por ejemplo, cuando dirigió a la Conade la delegación mexicana consiguió una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con ocho preseas, entre las que destaca el oro de la selección mexicana que dirigía Luis Fernando Tena.
Al final, con o sin ayuda de otros, era la gestión de De la Garza y los resultados fueron buenos o históricos, según su apreciación.
En los pasados Juegos Olímpicos de París fue además jefe de misión de la delegación mexicana y me parece que hizo una buena labor. El grueso de los deportistas destacó su liderazgo y ecuanimidad para llevar temas que antes se resolvían a gritos.
Después, le puedo decir que sin que haya estado toda la vida en el ciclismo es una persona que le entiende bien al tema y eso complementado con la academia —que siempre es importante— me permite tener sensaciones de que el ciclismo mexicano tiene un futuro halagador.
Creo que le va a ir bien al ciclismo mexicano; y más aún cuando la iniciativa privada está más involucrada que nunca en esta disciplina.
¡Suerte, Bernardo!