EL GAMBITO PELIGROSO

“Estamos en la antesala de un capítulo crucial para la estabilidad y la paz”.

Lucy Bravo
Columnas
PAZ PELIGRO

Luego del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre el mundo entero esperaba que los israelíes lanzaran casi de inmediato una ofensiva terrestre contra Gaza. Sin embargo, a pesar de una rápida movilización de miles de reservistas y de los comentarios de que las poderosas Fuerzas de Defensa estaban “listas” ninguna ofensiva terrestre ha comenzado.

Sin embargo, eso lejos de ser una señal de alivio para la comunidad internacional debería preocuparnos a todos.

El terrorismo por sí solo no socava a un Estado. Ataques como el de esta organización terrorista quieren tres cosas: infundir miedo, difundir su “causa” y provocar una reacción exagerada. Hasta el momento todo marcha conforme al plan.

Ahora que la ira inmediata ha pasado, el primer ministro Benjamín Netanyahu y su gabinete de guerra están pensando más detenidamente sus opciones. Sin embargo, no podemos esperar que las misiones dentro de la ciudad de Gaza logren acabar con la mayor cantidad posible de militares de Hamás y de manera simultánea rescatar a los rehenes. Y la cúpula en el poder de Israel sabe que el objetivo de destruir a Hamás probablemente esté fuera de su alcance.

Una operación terrestre representa un terreno mucho más difícil de navegar para Israel, tanto en la propia Gaza como en la región en general. Y todo mientras enfrenta graves amenazas por parte de Irán y sus representantes, especialmente Hezbolá en Líbano.

Una medida así podría desencadenar una espiral de violencia con consecuencias de largo alcance para las generaciones futuras. El ciclo de violencia, represalias y radicalización se perpetuaría, socavando cualquier perspectiva de una paz duradera.

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En un mundo donde la posición de Estados Unidos en el tablero internacional parece estar desdibujándose, las reacciones potenciales de otros agentes de caos globales como Rusia y China se vuelven cada vez más significativas. China, aunque tradicionalmente está menos involucrada en Oriente Medio, busca cada vez más afirmarse como potencia global. Una crisis en Oriente Medio podría verse como una oportunidad para demostrar su destreza diplomática y reforzar su posición en el escenario mundial.

Es un hecho que en el cuarto de guerra israelí están al tanto de todos estos problemas y quizá de más, razón por la cual ha habido deliberaciones sobre la ofensiva terrestre. Recordemos que Israel ha intentado destruir las famosas redes subterráneas de Hamás en territorio palestino, pero la mayoría de las señales sugieren que el llamado “metro de Gaza” solo ha crecido. A esto hay que sumarle la presencia de rehenes. Una ofensiva fallida en Gaza podría ser un golpe demasiado fuerte para la moral israelí.

Es evidente que estamos en la antesala de un capítulo crucial para la estabilidad y la paz regionales. Pero la necesidad de enviar un mensaje de fortaleza por parte de Israel para disuadir a sus enemigos regionales podría ser exactamente lo que Hamás planeó desde un principio. Netanyahu dijo cuando se dirigió a la nación que deberá “responder por lo sucedido” el 7 de octubre; lo que olvidó mencionar es que también tendrá que responder por todas y cada una de sus decisiones desde entonces.