Yorgos Lanthimos vuelve a explorar la crueldad y el absurdo como si fueran los últimos refugios de una especie en decadencia. La premisa es tan delirante como precisa: Teddy, un apicultor paranoico interpretado por Jesse Plemons, secuestra a Michelle Fuller, una CEO farmacéutica encarnada por Emma Stone, convencido de que pertenece a una raza alienígena enviada a destruir la Tierra.
Desde sus primeros minutos la película ofrece un tono físico y opresivo, mostrando rutinas de entrenamiento, cuerpos tensos y una atmósfera que convierte la obsesión en un espacio táctil, casi respirable.
Lanthimos despliega una puesta en escena contenida, pero calculada, muy distinta a la exuberancia de Pobres criaturas (Poor Things, 2023). El contraste entre la casa sucia de Teddy y el hogar minimalista de Michelle crea un territorio simbólico donde cada encuadre es un juicio moral.
Robbie Ryan filma los interrogatorios con ángulos que invierten poder y vulnerabilidad, evocando la iconografía de los mártires sin entregar certezas. La película obliga a preguntarse si estamos frente a una víctima, una tirana o dos sujetos atrapados en un mundo incapaz de separar verdad, delirio y algoritmo.
La narrativa avanza hacia un eclipse lunar que marca la cuenta regresiva interior de Teddy. Las abejas muertas, la enfermedad de su madre, el odio a las corporaciones y la intoxicación digital componen un retrato donde la paranoia opera como refugio emocional. La banda sonora de Jerskin Fendrix amplifica esa tensión con golpes sonoros que parecen vibrar desde la herida abierta del propio personaje, reforzando la sensación de colapso inminente.
El duelo verbal entre Teddy y Michelle sostiene la película. Stone transita de la compostura ejecutiva a la furia pura con una precisión que recuerda su trabajo en La favorita (The Favourite, 2018), mientras Plemons convierte la fragilidad masculina en un arma temblorosa e impredecible. Donny, el primo interpretado por Aidan Delbis, introduce un respiro emocional que Lanthimos administra con cuidado, sin suavizar la aspereza del relato. La película juega con nuestras lealtades, invitándonos a cambiar de bando en un terreno donde nadie es del todo confiable.
Al final, Bugonia deja una sensación de desasosiego que persiste. Es un filme que critica el egoísmo humano, la arrogancia corporativa y la lógica conspirativa sin ofrecer salidas, solo espejos rotos.
Lanthimos filma el derrumbe del mundo con una mezcla incómoda de belleza e ironía amarga, planteando que la verdadera amenaza nunca viene del espacio exterior. Siempre ha estado en nosotros.
En breve
Título: Bugonia.
Dirección: Yorgos Lanthimos.
Elenco: Emma Stone, Jesse Plemons, Aidan Delbis, Stavros Halkias, Alicia Silverstone.
Lo más destacado: duelo actoral feroz entre Stone y Plemons; sátira negra sobre conspiración, poder corporativo y paranoia digital; fotografía que invierte jerarquías y acentúa la tensión moral.
Veredicto: Un thriller misántropo, tenso y corrosivo, donde Lanthimos observa la autodestrucción humana con una claridad incómoda y fascinante.

