HUMOR DE DANZA

Daniela Suárez
Columnas
HUMOR DE DANZA

Nunca des una espada a alguien que no es capaz de sonreír y bailar.

Confucio


Bailar nos puede hacer felices. Es una actividad que, aun cuando sepamos (o no sepamos, pero intentemos) hacerla bien, tal vez nos brinde por lo menos momentos de felicidad. Ya sea yendo a conciertos, en una fiesta, con nuestra pareja o con amigos, el baile es capaz de darnos algún tipo de felicidad.

Y bien, si estamos dentro de una pequeña racha de poca productividad en un día laboral, quizá sea una buena idea que nos paremos y bailemos un poco; esto podría mejorarla. Así lo indica una nueva investigación al descubrir que, si copiamos bailes felices, podemos mejorar nuestro humor y nos ayuda a sentirnos más motivados para lograr metas laborales.

El nuevo estudio, liderado por Eva-Madeleine Schmidt en el Max Planck Institute for Empirical Aesthetics en Alemania y publicado por el British Journal of Psychology, indica hallazgos preliminares de que bailar puede hacer que las personas se sientan más felices, mientras que sentarse en el piso tristemente puede bajar el estado de ánimo.

Para llegar a estas conclusiones la investigadora y su equipo pidieron a los voluntarios que copiaran distintas coreografías tomadas de una librería digital que contenía diversos videos de secuencias de baile sencillas dedicadas a expresar distintas emociones. La librería también contenía videos de robots realizando estas coreografías.

En el estudio participaron 66 adultos; alrededor de dos tercios eran mujeres y tenían en promedio 36 años. Aprendieron tanto bailes felices como tristes y los repitieron varias veces.

Algunos participantes copiaron los videos realizados por personas, mientras que otros hicieron las coreografías de los robots.

Durante el estudio los participantes fueron reportando sus humores y clasificaron en diversas escalas las emociones, incluyendo algunas como enojo y miedo, así como felicidad y tristeza. Además, incluyeron qué tan motivados se sintieron para abordar tareas laborales después de realizar las coreografías.

Limitantes

Schmidt y sus colegas descubrieron que tanto si habían copiado a un humano como a un robot, después de realizar el baile feliz los participantes se sentían más felices y manifestaban una mayor motivación laboral. Después de bailar un baile clasificado como triste, se sentían más tristes. El análisis del equipo también reveló que cuanto más aumentaba la felicidad con el baile de la felicidad (y cuanto más les gustaba a los participantes el personaje del video, sin importar si era de un humano o de un robot), mayor era el aumento de la motivación laboral.

La conclusión de que los movimientos de baile alegres y tristes afectan al estado emocional de los participantes se enmarca en un debate en curso sobre hasta qué punto mover los músculos del cuerpo o la cara puede alterar los sentimientos.

Si bien trabajos anteriores han descubierto que cuando las personas imitan una sonrisa pueden sentirse más felices, en este estudio hubo algunas limitantes, como por ejemplo que los participantes sabían cuando estaban imitando un baile feliz versus cuando estaban imitando un baile triste, porque los videos estaban etiquetados. Este conocimiento, más que los movimientos físicos en sí, pudo haber provocado los cambios de humor.

Otra limitación del estudio es que la medición final del estado de ánimo se realizó inmediatamente después de la actuación de baile, por lo que los investigadores no saben cuánto tiempo pueden durar los efectos sobre el estado de ánimo.

Aun así, el trabajo sugiere que copiar movimientos de baile emocionalmente expresivos puede ayudar a cambiar nuestro estado de ánimo. Dados los resultados adicionales sobre la motivación laboral, el equipo sugiere que copiar videos de baile podría ser una forma de aumentar la productividad en el lugar de trabajo.

Y tú, ¿tratarías de cambiar tu humor con el baile?