IGNORANCIA DECIDIDA

“Tener una excusa para el egoísmo”.

Daniela Suárez
Columnas
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La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.

Confucio


Es normal que muchos de nosotros, si no es que todos, participemos activamente en algo que se llama ignorancia voluntaria. Algo así como comprar ropa de mala calidad que sabemos que estaremos tirando en menos de dos meses o ignorar activamente los botes de basura para no dividir nuestros desechos en orgánicos e inorgánicos.

Quizá también ignoremos el impacto que tienen nuestras opciones de comida en el cambio climático o bien decidamos seguir comprando productos en botes que no son reciclables.

Estos comportamientos los tenemos todos, ya que al apartar la mirada y ver hacia el otro lado evadimos información incómoda, misma que quizá nos haga cuestionar nuestras propias acciones. Por ello nos resulta más sencillo seguir en nuestro mismo carril.

Sin embargo, de acuerdo con un nuevo estudio, estos comportamientos también podrían reducir nuestro deseo de participar en comportamientos que beneficien a los demás. Cuánto y a qué nivel fue lo que exploraron Lina Vu y sus colegas en un nuevo artículo publicado en Psychological Bulletin.

Con el fin de explorar tanto la naturaleza de la ignorancia voluntaria como su impacto en el comportamiento altruista, el equipo realizó un metaanálisis de distintos estudios. Los estudios que analizaron presentaban a los participantes una elección que tenía consecuencias tanto para ellos como para otra parte, es decir, incluían “un estado de conflicto en el que los intereses de quien toma la decisión y de quien la recibe están desalineados” y otro en el que estaban alineados. A la vez, se incluyó una condición en la que los participantes tenían que conocer las consecuencias de sus acciones, o una en la que elegían entre tomar una decisión con o sin conocimiento de las consecuencias.

Impacto

Colectivamente los datos representaron más de 33 mil decisiones tomadas por seis mil 500 participantes. La mayoría de los estudios se realizaron en Alemania y Estados Unidos, y otros en Noruega, Países Bajos y Suiza.

El equipo analizó varias medidas clave. La primera era el impacto de la ignorancia voluntaria en el comportamiento altruista y, en particular, en las diferencias de comportamiento altruista entre quienes conocían las consecuencias de sus actos y quienes no. El equipo también estaba interesado en saber si los participantes daban excusas para ser egoístas y si los que pedían información activamente, en lugar de que se las dieran, se comportaban de forma más altruista.

Los análisis revelaron que 39.8% de los participantes optó por la ignorancia voluntaria sobre sus decisiones (como elegir cuánto dinero tomar para sí mismos y cuánto dar a otro participante), evitando la información sobre el impacto que su decisión tendría en los demás. Esto se asoció a una disminución del comportamiento altruista: hubo un descenso de 15.6% en las decisiones altruistas entre los que eligieron activamente no recibir esta información en comparación con los que sí la recibieron.

Por otra parte, los que buscaron información sobre las consecuencias de sus actos eran más propensos a comportarse de forma altruista: 6.9% más que los que simplemente recibieron la información.

El equipo sugiere que, en general, las pruebas “apoyan la noción de que la gente se dedica a la ignorancia (al menos parcialmente) para tener una excusa para el egoísmo”; la gente opta por no escuchar información que sabe que le obligará a decidir ser altruista o no.

Para corroborar esta conclusión destacan las pruebas de artículos específicos que señalan que entre 20 y 40% de los participantes declararon que estarían dispuestos a pagar para seguir ignorando las consecuencias negativas para los demás.

Y tú, ¿crees que existe una excusa válida para decidirse por la ignorancia?