La palabra “sí” es plural, mientras que el “no” es una palabra singular. Para cualquier mediación ambas deben estar amarradas a las decisiones que se propongan los que quieren llegar a un acuerdo, porque no puede una tener peso sin la otra: tienen que estar juntas.
El secreto es defender lo que sentimos y lo que necesitamos y mantener siempre cerca uno del otro: el “sí” y el “no”.
La manera en que hablamos puede ser la gran diferencia para una buena relación en donde nunca olvidemos estas palabras, porque así es como el “no” rompe cualquier negociación.
Ury, uno de los creadores del famoso libro Getting To Yes —que busca el sí o sí, lo que permitió a muchos negocios continuar en Estados Unidos—, escribe sobre la importancia de saber decir que no y afirma que es más importante tal vez que aprender a decir que sí, pero advierte que separar el no del sí es la guerra.
Y es que en los negocios la palabra que más se busca, según Warren Buffett, es el no, para revisar el negocio en cuestión, porque todos siempre dicen que sí, pero cuando se consigue que alguien diga no, pero que tenga cerca el sí, es cuando la mediación puede tener éxito.
Repasando la vida del secretario norteamericano de Estado, Marco Rubio, quien llegó de Cuba con su familia, y su esfuerzo por estudiar hasta ser abogado de Miami, luego abogado de las gentes necesitadas en el estado de Florida y finalmente congresista y senador, nos damos cuenta de que no es un hombre que entiende que no es importante estar pegado a un sí, es decir, puedes decir que no al todo, pero sí a algo que es parte de la negociación.
Al mismo tiempo, observé en los últimos días cómo Estados Unidos viene negociando con Irak e Irán, especialmente con los iraníes respecto del tema de la capacidad para fabricar armamento nuclear, y siempre le está diciendo “no”, pero lo acompaña con alguna propuesta con un “sí”.
Oportunidad
México vive un momento difícil de negociación con Estados Unidos, donde el “no” ya se lo dio Washington y el “sí” queda pendiente: cuánto y hasta dónde puede México pedir y hasta dónde no cederá Estados Unidos.
Seguramente el nuevo acuerdo que firmará en materia de seguridad tendrá varios “no” y uno que otro “sí”; y eso es lo que necesita México: no perder la unidad del “no” y el “sí” con Estados Unidos.
De hecho, Rubio ha estado negociando con algunos países acuerdos no favorables para muchos de ellos ni para Estados Unidos, pero sin perder el “sí” y el “no” que traen por delante los norteamericanos.
Así es que la oportunidad está dada para México. Todavía puede beneficiarse en alguna parte y en otras no. Tal vez las más difíciles están en el sentido de los asuntos de las drogas, de los cárteles y de algunos políticos mexicanos, todos así enredados.