CAMPAÑAS INTENSAS

“Las campañas han empezado mucho antes de lo que establecen la Constitución y las leyes”.

Sergio Sarmiento
Columnas
CAMPAÑAS

Las campañas que no se llaman campañas se han vuelto intensas. Los candidatos que no son candidatos están recorriendo el país. Los que buscan representar a Morena y a la Cuarta Transformación deben tener cuidado de no criticar nada de lo que hace el gobierno. Los que surgen de la oposición se encargan, sin embargo, de prodigar críticas.

Los tiempos se han adelantado. La ley dice que las precampañas no pueden empezar antes de la tercera semana de noviembre, pero el presidente López Obrador ha lanzado ya la contienda. La Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE), que sería el árbitro que habría podido detenerla, no ha querido hacerlo. Dos de los tres consejeros, los dos nuevos, son muy cercanos a Morena y no quieren contrariar al primer mandatario. El tema, sin embargo, llegará al Tribunal Electoral.

La contienda ha empezado con una clara ventaja del partido en el poder. Una encuesta de Poligrama para El Heraldo de México sugiere que 42.5% de los ciudadanos simpatiza con Morena. El PAN viene en un lejano segundo lugar, con 19 por ciento. El otrora partido hegemónico, el PRI, se encuentra tercero con 12.7%. Movimiento Ciudadano alcanza 10.8%. El Partido Verde, el PT y el PRD están todos por debajo de 3% y son candidatos… a perder el registro.

Sin debates

En las últimas semanas, sin embargo, la iniciativa se les ha escapado a los candidatos de Morena. Estos están teniendo que realizar campañas sin debatir u ofrecer propuestas de cambio. Compiten para ver cuál repite con mayor fidelidad y fuerza las loas al gobierno. Ninguno tiene, por otra parte, la personalidad carismática de López Obrador. Lo que se percibe como gracioso o convincente en boca del presidente, quien además cuenta con los medios del gobierno para ratificarlo y difundirlo, se convierte en lastimoso en boca de quien simplemente repite las ideas del mandatario.

La contienda presidencial de la oposición se ha fortalecido con la irrupción de Xóchitl Gálvez. Si bien hasta hace un mes era considerada como simple aspirante a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, en las últimas semanas se ha convertido en contendiente presidencial. La ha ayudado el rechazo del presidente a concederle derecho de réplica en la mañanera, aun después de que este fue ordenado por un juez de amparo. López Obrador, además, se ha dedicado en las últimas semanas a descalificarla. Esto le ha dado prominencia no solo en las filas de la oposición, sino entre la población abierta que no la conocía.

Las campañas han empezado mucho antes de lo que establecen la Constitución y las leyes. Esto es producto de una decisión del presidente López Obrador de lanzar las campañas de sus corcholatas inmediatamente después de las elecciones en el Estado de México y Coahuila de principios de junio. Resulta curioso, dado que los límites a campañas y precampañas fueron una exigencia de AMLO en la reforma electoral de 2007. Sin embargo, ante el rechazo del INE a intervenir, la oposición no ha tenido opción más que adelantar también sus tiempos.

Pero cuidado, porque falta casi un año para las elecciones de junio de 2024. Las campañas cortas tienden a favorecer a los candidatos ya conocidos, pero las largas permiten cambios más profundos en el conocimiento y el respaldo de los candidatos. Las campañas demasiado largas, por otra parte, conllevan un desgaste mayor.

López Obrador puede todavía estar tranquilo: su partido se encuentra en primer lugar. Pero haber adelantado las campañas podría revertirse en su contra.