Para muchos podría pasar desapercibido, pero el papel del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) ha sido crucial en los últimos años para conocer casos emblemáticos de corrupción.
Solo por citar algunos, ahí tienen La casa blanca; Edomex, fábrica de culpables; El cártel de la comida; La estafa maestra; Procampo financia narcos y familiares; Sedena omite informar número real de bajas en combate al narcotráfico; Paga la SSP 118 millones de pesos por serie de televisión; The Bribery Aisle: How Wal-Mart Got Its Way; A la luz, los secretos de las matanzas de Tamaulipas; Opacidad educativa: los Lupitos hidalguenses, etcétera.
Sin embargo, hoy el INAI sufre duros embates, puesto que por la falta de nombramientos está inhabilitado para realizar algunas de sus funciones, como emitir resoluciones ante la negativa de las autoridades de darnos información o transparentarla.
La pérdida de esta institución trastocaría el sistema de pesos y contrapesos que busca evitar la concentración de poder, la discrecionalidad y la negativa de acceso a la información sin motivo.
Si hablásemos de costos, el INAI le cuesta alrededor de siete pesos a cada mexicano anualmente; algo así como 60 centavos mensuales, lo cual es nada comparado con nueve mil 500 millones de pesos que representan los actos de corrupción al realizar pagos, trámites o solicitudes de servicios públicos y otros contactos con autoridades. La cifra equivale a tres mil 44 pesos, promedio, por persona afectada.
La evidencia del servicio que presta el INAI a los mexicanos es abrumadora. Senadores de oposición (PAN, PRI, PRD), ¡impónganse! No permitan que lo desaparezcan.
Riesgo de ruptura
Y para seguir con el papel de la oposición, parece que están llegando a acuerdos, al menos para salir a tomarse la foto en un foro que dieron en llamar Unidad y gobiernos de coalición, entre cuyos participantes estuvieron Santiago Creel, Beatriz Paredes, Gustavo de Hoyos, Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles, José Ángel Gurría, Demetrio Sodi, Enrique de la Madrid y Juan Carlos Romero Hicks.
El primer paso está dado, con un muy saludable ejercicio de escuchar a la ciudadanía en su alianza. Pese a ello, queda duda sobre si aún existe el riesgo de que se fracturen. Eso dependerá de cómo las dirigencias elijan al candidato, pero no está de más decir que ese riesgo también lo tiene Morena.
Igualmente es de destacar la ausencia de Movimiento Ciudadano, lo cual refuerza su papel de dividir a la oposición y seguir de esquirol de Morena. Al tiempo.
Estilo mata carita
Para terminar, resulta que un juez de Yucatán concedió la suspensión provisional del desembarco de balasto que transporta un buque cubano hasta Puerto Morelos, Quintana Roo, para emplearlo en el Tren Maya, por el riesgo ambiental que esto supone. Y todo esto a menos de ocho meses de que la monumental obra tenga que ser inaugurada. ¿Tendrán tiempo para destrabar el entuerto?