LA COMUNIDAD ES FUNDAMENTAL EN LA JUSTICIA RESTAURATIVA

“Participación, colaboración y reflexión de los involucrados”.

Justicia
Columnas
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La justicia restaurativa es una metodología para solucionar problemas que de varias maneras involucra a la víctima, al defensor, a las redes sociales, a las instituciones judiciales y a la comunidad.

De hecho, los procesos de justicia restaurativa pueden adaptarse a varios contextos culturales y a las necesidades de comunidades diferentes. A través de ellos el proceso en sí mismo a menudo transforma las relaciones entre la comunidad y el sistema de justicia como un todo.

Cito aquí el importante conflicto de Gaza, donde un tercero neutral o imparcial denominado facilitador, que sería la ONU, busca construir y proponer opciones de resolución encaminadas a la reparación del daño ocasionado y la reintegración a la sociedad y a la comunidad, así como a la recomposición del tejido social.

Para entender el daño causado en este conflicto primero hay que atender a las causas que la justicia restaurativa requiere; como mínimo, que se atiendan las necesidades de las víctimas y que los ofensores reconozcan su responsabilidad y los efectos que su comportamiento ha producido

Se debe lograr una acción de reflexión y concientización que se incline a garantizar la sanación emocional de las personas directa o indirectamente afectadas.

Qatar se ha propuesto como país para las juntas de facilitación de un proceso desarrollado entre las partes, con la participación de los afectados directos inmediatos del conflicto, para resolverlo de manera colectiva mediante un acuerdo.

Insistimos en este proceso restaurativo porque es la única forma de llegar a un acuerdo en esa parte del mundo.

Seguridad y confianza

Pero ahora quiero referirme al conflicto que se ha creado entre los vecinos de la colonia Nápoles de la alcaldía Benito Juárez en torno de un asunto de la calidad del agua y que debe resolverse mediante un acuerdo colectivo.

La solución no puede ser autoritaria, es decir, punitiva, ni negligente: tiene que ser forzosamente restaurativa, donde la autoridad se comprometa con las personas de esa colonia y víctimas; que haya una real participación, colaboración y reflexión de las personas involucradas y lograr que la solución no se vuelva a permisiva.

El foco de atención está en los vecinos de la colonia Nápoles, donde las autoridades del gobierno capitalino encuentren la satisfacción total de los mismos vecinos.

La respuesta formal del gobierno de la Ciudad de México a los vecinos tiene que ser previamente analizada —creo que ya ha habido tiempo para ello— y organizada; y donde se involucren más de dos personas de los dos grupos y lleguen a un acuerdo.

La transformación en la justicia restaurativa implica un cambio de paradigma en la forma en que abordamos el delito, en este caso la calidad del agua, y el conflicto, centrándonos en la reparación del daño y la restauración de las relaciones en el lugar.

No se trata simplemente de castigar a los que han dañado a los vecinos de la colonia, sino de restaurar su seguridad y su confianza en que el agua que están tomando sea como debe ser: limpia y sana.

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