“LA PASIÓN PUEDE MÁS QUE CUALQUIER ESTEREOTIPO DE GÉNERO”

Itzel Suárez
Columnas
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Itzel Suárez López, egresada de Ingeniería Biomédica del Tecnológico de Monterrey, es la primera mujer mexicana admitida en la maestría Erasmus Mundus en Fisiología en Ambientes Extremos y en el Espacio.

Desde Europa, comparte su visión sobre ciencia, género y empoderamiento femenino en áreas dominadas históricamente por hombres.

—¿Qué le llevó a elegir una maestría tan poco común?

—Desde niña estuve expuesta a ambientes extremos, porque mis papás son instructores de buceo. Me certifiqué a los ocho años y aunque al principio era solo un hobby, descubrí que podía combinarlo con mi formación en ingeniería biomédica. Cuando encontré esta maestría supe que era lo que buscaba: una fusión entre mi pasión y mi carrera.

—¿Influyó en su camino el hecho de ser mujer?

—Sí, definitivamente. Aunque había varias mujeres en mi carrera noté cómo profesores y compañeros tendían a dar mayor visibilidad o atención a los hombres. Me tocó ver cómo en equipos, aunque fuéramos mayoría mujeres, eran ellos quienes lideraban o tomaban la palabra. Entendí que no podía quedarme callada y que debía romper con ese ciclo. Aprendí a empoderarme, a hacer valer mi voz sin importar si me tachaban de “exagerada” por opinar.

—¿Qué retos ha enfrentado como la primera mexicana en este programa?

—Más allá de lo académico, el mayor reto ha sido personal: mudarme de país constantemente, adaptarme a idiomas que no hablo y lidiar con trámites en sistemas que desconozco. Empecé en Francia, ahora estoy en Alemania y después voy a Eslovenia. Es un cambio constante, pero también muy enriquecedor.

—¿En qué consiste el proyecto que desarrolla?

—Estoy enfocándome en exoesqueletos. Son dispositivos que ayudan a distribuir mejor el esfuerzo físico; por ejemplo, en labores pesadas como las de los bomberos. También podrían servir en el espacio, donde el cuerpo sufre un desgaste muscular importante. Quiero que mi tesis contribuya a mejorar la adaptación fisiológica en estos contextos extremos.

Sin miedo

—¿Cómo cree que su experiencia puede inspirar a otras jóvenes mexicanas?

—Me emociona mucho saber que lo que hago puede motivar a otras. He recibido mensajes de chicas que quieren aplicar al mismo programa. Les digo que busquen las oportunidades, porque muchas veces no llegan solas. Si algo te apasiona, ve tras ello sin miedo.

—¿Tuvo alguna figura que le inspirara?

—Además de mi mamá, que siempre me impulsó a ser creativa y científica, recuerdo a mi maestra Elsa, de química orgánica. Me inspiraba cómo vivía su materia, cómo la enseñaba con pasión. Aunque la química no era mi fuerte, sus clases me marcaron.

—¿Qué consejo le daría a las chicas que quieren entrar al mundo STEM?

—Que sean firmes. En estas áreas si una mujer opina con seguridad a veces la tildan de ruda o prepotente. Pero hay que romper con ese estigma. No debemos minimizar nuestras ideas por miedo a cómo serán percibidas. Ser clara, decidida y segura es clave para abrirse camino.

—¿Qué sigue después de la maestría?

—Quiero adquirir experiencia en Europa, especialmente en el desarrollo de exoesqueletos, y luego regresar a México. Todo lo que estoy aprendiendo puede aplicarse no solo en el espacio, sino también en contextos como el trabajo en el campo, el cuidado de personas mayores o labores físicas en condiciones extremas. Me gustaría contribuir a mejorar la calidad de vida desde lo que más me apasiona: la ciencia.

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