LA PROTESTA DE MARCELO

“Difícilmente se le podría dar algo más”.

Sergio Sarmiento
Columnas
MARCELO EBRARD

Marcelo Ebrard ha sido la única corcholata que se ha negado a reconocer el triunfo de Claudia Sheinbaum en las encuestas para elegir coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación. Tanto Claudia como el presidente López Obrador le han ofrecido que la puerta sigue abierta para él y para su gente. Hasta el momento de escribir este artículo, sin embargo, Marcelo no ha ofrecido una respuesta clara.

Desde un punto de vista estricto no hay duda de que Sheinbaum ganó el proceso. La encuesta madre, la realizada por Morena, le dio 39.4% de las preferencias, contra 25.6% de Ebrard. Las cuatro encuestas espejo, incluso la de la empresa que sugirió el propio Ebrard, aportaron resultados muy similares. También los dieron las encuestas de empresas y medios independientes que se dieron a conocer previamente.

Ebrard se ha quejado de una serie de irregularidades a lo largo del proceso. El mismo día del recuento de las encuestas protestó porque policías de seguridad del World Trade Center no permitieron el acceso de la senadora Malú Micher y de otros miembros de su equipo a las instalaciones, de las cuales se habían retirado poco antes.

Marcelo, sin embargo, siempre supo que las reglas las había dictado el propio presidente López Obrador y que estaban diseñadas para favorecer a su favorita, a Claudia Sheinbaum. Aun así, las aceptó y quiso contender.

Sheinbaum logró mantener su primer lugar a todo lo largo del proceso. La falta de debates lo facilitaba, pero es falso que nadie pudiera mover la aguja. Gerardo Fernández Noroña vino de atrás para alcanzar el tercer puesto en la encuesta madre de Morena y cuarto en el promedio de las cinco encuestas; y eso que claramente fue el candidato que menos dinero gastó en la contienda. Fue el único que no apareció en esos anuncios espectaculares que nos dicen que nadie pagó.

Mensaje

No es fácil saber qué viene ahora para Ebrard. Él mismo ha dicho que dará a conocer su decisión después de una “asamblea” con su equipo y sus simpatizantes en el Congreso el 11 de septiembre. Hay quien dice que está simplemente negociando una mejor posición en el próximo gobierno, pero ya el presidente le había ofrecido un cargo en el gabinete o la coordinación de los senadores de Morena. Difícilmente se le podría dar algo más.

Los fanáticos de las teorías de la conspiración sugieren que podría irse a Movimiento Ciudadano (MC), pero con la bendición del presidente y el propósito secreto de dividir el voto de la oposición. La propia Malú Micher, operadora política de Ebrard, declaró que el grupo no se saldrá de Morena, pero en entrevistas Marcelo dijo que ya no hay lugar para él y su equipo en el partido.

No parece que la protesta de Marcelo haya afectado la legitimidad del proceso o de Sheinbaum. Los otros cuatro aspirantes perdedores estuvieron en la ceremonia en que se anunciaron los resultados y los respaldaron. El propio presidente avaló el proceso en su mañanera del 7 de septiembre. “Habrá que ver qué decide Marcelo Ebrard —dijo ahí—. Es nuestro compañero, lo estimamos mucho, pero es libre”.

“Las puertas están abiertas”, afirmó a su vez Sheinbaum en la ceremonia en la que se reconoció su triunfo. Era un mensaje para Ebrard, quien es el único que ha amagado con abandonar el movimiento. Marcelo tendrá que tomar una decisión muy difícil. Después de todo, ha acompañado a López Obrador en la política desde 2000.