Durante una cobertura especial desde el emblemático puerto de Acapulco, Guerrero, conversamos con las mujeres de la tripulación del Buque Escuela Gloria, de la Armada Nacional de Colombia.
Históricamente las mujeres han aumentado de manera significativa su participación en la prevención, gestión y solución de conflictos. Desde la Primera y la Segunda Guerra Mundial las bajas del personal masculino hicieron necesario que mujeres se desempeñaran en actividades de comunicación, enfermería, medicina y, posteriormente, áreas cada vez más especializadas, como controladoras de tráfico aéreo, desarrollo de tácticas militares y estrategias de inteligencia en mar y tierra. Quedó demostrado que excluir a las mujeres del servicio activo era contraproducente.
En América Latina la igualdad de género ha encontrado nuevos horizontes, incluso en aquellos espacios que por siglos parecían inalcanzables para las mujeres. Hoy la presencia de ellas en operaciones marítimas desafía estereotipos. La igualdad de género, el empoderamiento de la mujer y los ambientes inclusivos se convierten cada vez más en una realidad tangible.
Conozcamos de cerca la labor que desempeña la tripulación femenina en este imponente buque escuela.
Acapulco se vistió de gala para recibir al Gloria, junto al embajador Carlos Fernando García.
Logros
Con 28 años de edad, la teniente de fragata María Camila Tabares Marín es periodista y especialista en Comunicación Social. Lleva seis años de servicio en la Armada de Colombia. Se ha desempeñado como jefa de la Oficina de Comunicaciones Estratégicas en la Fuerza de Tarea contra el narcotráfico y jefa de prensa de la Armada Nacional en Bogotá. Actualmente es la oficial de prensa a bordo del Gloria.
“En este crucero Acapulco es nuestro primer puerto. De acá vamos para San Francisco, en Estados Unidos; Vancouver, en Canadá; nos regresamos a San Diego, otra vez en Estados Unidos; Puerto Vallarta; y terminamos en Guatemala”, dice.
Y añade: “Sin duda será una experiencia única. Vamos a ver cuál de los puertos nos sorprende más, pero México destaca por el recibimiento de la gente, el calor de la gente de una nación hermana nuestra. Entonces, se siente como en casa y como en familia”.
Tabares puntualiza que “es un honor poder estar acá desarrollando nuestro trabajo en este tiempo en que las mujeres estamos tomando espacios cada vez más importantes. Es una experiencia gratificante poder aprender también temas de navegación y lo que hace grande a nuestra Armada en el mundo entero”.
La teniente reflexiona sobre la importancia de las mujeres: “Es maravilloso que se abran oportunidades para nosotras, no solo en estos escenarios de la navegación, sino en todos los escenarios donde ahorita la Armada está dando oportunidad de que las mujeres se incorporen. En la Armada Nacional, de los 32 mil tripulantes que tenemos en total, somos aproximadamente doce mil mujeres, una participación muy importante. No solo mujeres entran ahora a la escuela como suboficiales de Línea, sino que también tenemos a infantes de Marina que se incorporan y prestan su servicio militar a bordo de la Armada Nacional”.
A su vez, Enith Arlet Acosta Vergara, tiene 27 años de servicio en la Armada de Colombia. Se ha desarrollado en diferentes roles en el marco de operaciones navales. Durante 2007 se presentó como la única mujer entre 40 hombres para realizar el curso de buzo hiperbárico, ya que antes no estaba permitido el ingreso de mujeres en esta disciplina. Logró ser la primera mujer suboficial buzo, abriendo así las puertas a otras mujeres. Actualmente es jefe técnico de Comando, cumpliendo hoy en día la misión como secretaria de la Agregaduría Naval de Colombia en México.
“Soy la primera mujer suboficial que alcanza este grado de jefe técnico de Comando en la Armada Colombiana. La primera mujer que ostenta ese grado. Y para mí es orgullosamente un hito: estoy haciendo historia, como me dicen todos”.
Ella envía un mensaje a las mujeres: “Invito al personal femenino a que luche por sus sueños; hay muchas que sueñan con navegar, que sueñan con la aviación. Y es posible lograrlo”.
Finalmente, la teniente de corbeta Catalina Ruiz Rodríguez, con especialidad en Superficie, lleva tres años de servicio en la Armada de Colombia y asevera que “cumplir nuestros sueños no va en el género: va en la persona, en el esfuerzo y en el empeño que ponga cada quien”.

