LATINOAMÉRICA EN LA AGENDA DE LA CASA BLANCA

“Acontecimientos de alto contenido político y significación militar”.

LATAM EU
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Por supuesto que hay una larga e intensa lista de temas nacionales e internacionales para abordar e intentar analizarlos. Empero, en las últimas semanas ha escalado la tensión desde Washington con algunos gobiernos de la macroregión. Sin duda, lo principal y que más llama la atención son los acontecimientos en torno del despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe venezolano.

Como sabemos, se trata de una medida de muy fuerte presión contra el gobierno de Nicolás Maduro, al que el mismo presidente Donald Trump acusa no solo de ser protector sino integrante directo de la organización criminal —esta sí clasificada como narcoterrorista— Cártel de los Soles.

En una reunión y conferencia en la sede del gobierno estadunidense, contando por supuesto con los principales responsables de las áreas de seguridad, inteligencia y política exterior, Trump expresó sin ambages que “cualquier país que envíe drogas a Estados Unidos” está sujeto a la posibilidad de una incursión militar aérea y terrestre.

Desde luego que en esa hipotética lista, además de Venezuela, se alude a Colombia y México. A pesar de que ya se confirmó por ambos gobiernos la llamada telefónica entre Maduro y Trump, en esencia la tensión entre ambos países no ha disminuido. Acontecimientos de alto contenido político y de significación militar, como fue la visita del pasado 25 de noviembre del general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EU, a Trinidad y Tobago, donde se encuentran estacionados alrededor de diez mil soldados de aquel país, abona al aumento de la tensión.

Injerencias

Otro escenario de tensión fue el intercambio de acusaciones entre Gustavo Petro, presidente de Colombia, y Trump, a inicios de la semana anterior. El tema fue la forma de impedir el tráfico de drogas en el continente, sobre todo hacia Estados Unidos.

Como recordaremos, al mandatario colombiano le fue retirada su visa luego de que expresó en público durante su visita a la Organización de las Naciones Unidas (ONU, el 23 de septiembre pasado) que los militares de la potencia preponderante a nivel mundial deberían desobedecer las órdenes de Trump en cuanto agredir a países latinoamericanos.

Las tensiones entre ambos países, al igual que en el caso de Venezuela, tienen como principal tema el narcotráfico.

Por lo que hace a México, Donald Trump volvió a la carga en cuanto al tratado comercial trilateral. Nuevamente desde el despacho de la Casa Blanca, el 3 de diciembre expresó que los dos socios de su país en el TMEC habían “abusado” y que eso no lo podía permitir.

Este tema, la revisión del tratado, ha sido clave, incluso desde su discurso de inauguración de su segundo mandato. En él menciona explícitamente a Canadá y México para abordar un acuerdo de comercio entre los tres países más equilibrado y justo, de acuerdo a su punto de vista. Lo anterior sin dejar de lado los trabajos de organización para el Mundial de Futbol, que contará por primera vez en la historia de esos torneos con tres países sede.

Otro asunto relevante son las elecciones presidenciales en Honduras. Realizadas el 30 de noviembre, reflejan una muy cerrada competencia. Tan es así, que en dos ocasiones se han debido suspender los conteos. La disputa entre el centrista Salvador Nasralla y el conservador Nasry Asfura se ha visto contaminada por la abierta injerencia de Trump a favor de Asfura, quien ha recurrido a la retórica de este al argumentar que si no se le reconoce su triunfo “habrá baño de sangre”. De acuerdo a las cifras del 3 de diciembre la diferencia es de 0.3%. Aún falta por contabilizar 20% de los sufragios. La tensión en el país centroamericano va en aumento.

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