LENGUAJE PRIMORDIAL

Daniela Suárez
Columnas
LENGUAJE

Solo hay mundo donde hay lenguaje.

Martin Heidegger


¿Alguna vez te has preguntado desde cuándo es posible que aprendamos un lenguaje? Yo honestamente he pensado que desde que nacemos y empezamos a estar expuestos a nuestra lengua materna: aunque no seamos capaces de hablar aún, creo que nuestro cerebro absorbe los sonidos como esponja y poco a poco vamos comprendiendo con el tiempo lo que las palabras significan hasta que podemos pronunciarlas por primera vez.

Me entero ahora gracias a un nuevo estudio que los bebés recién nacidos podrían empezar su camino hacia la adquisición del lenguaje incluso antes de que nazcan.

De acuerdo con el estudio que publica Science Advances y que lideraron investigadores de la Universidad de Padova, en Italia, se encontraron evidencias de que la exposición a un lenguaje dentro del vientre materno puede cambiar la actividad neuronal en infantes, potencialmente influenciando sus habilidades para aprender un lenguaje más adelante en la vida.

Otros estudios demostraron anteriormente que los bebés que todavía no nacen pueden escuchar sonidos afuera del cuerpo de su madre cuando tienen alrededor de siete meses de gestación.

También se ha dicho que pueden reconocer la voz de su madre y hasta comprender ritmos y melodías de lenguajes mientras están en el vientre. Sin embargo, el impacto específico de la exposición de un lenguaje en el cerebro de un bebé no nacido después del nacimiento no había sido tan claro.

Respuestas neurales

Ahora, en el estudio que lideró Benedetta Mariani, ella y sus colegas monitorearon a 33 recién nacidos con madres que hablaban francés. A través de electroencefalogramas los bebés fueron expuestos al cuento de Ricitos de Oro y los tres ositos en inglés, español y francés y se midió cómo sus ondas cerebrales respondían a cada lenguaje.

Para seguir la respuesta del cerebro al lenguaje los investigadores colocaron gorros con electrodos en la cabeza de los recién nacidos, dirigidos a zonas asociadas con la percepción auditiva y del habla. El estudio incluyó periodos de silencio antes y después de la exposición al lenguaje, lo que permitió a los investigadores comparar los efectos de la estimulación lingüística en la actividad cerebral de los bebés.

El principal hallazgo del estudio fue que los recién nacidos que escucharon francés en último lugar mostraron un aumento de las correlaciones temporales de largo alcance (LRTC) en sus ondas cerebrales. Estas LRTC se relacionan con la percepción y el procesamiento del habla. En otras palabras, la exposición a la lengua francesa poco después del nacimiento tuvo un impacto medible en la actividad neuronal de los bebés.

Los expertos observaron que los LRTC aumentaban específicamente en la banda theta, misma que se asocia con las unidades del habla a nivel de sílaba. Este hallazgo concuerda con la idea de que los cerebros de los bebés están en sintonía con los elementos lingüísticos a los que han estado expuestos en el útero.

Además, el estudio investigó si el impacto de la exposición lingüística era específico de la lengua escuchada prenatalmente. Los bebés que escucharon francés mostraron un aumento significativo de los LRTC tras la exposición, mientras que los expuestos al español o al inglés no mostraron el mismo efecto. Esto sugiere que la experiencia lingüística prenatal desempeña un papel en la formación de las respuestas neurales de los bebés al lenguaje.

Y en tu caso, ¿sabes cuándo empezaste a hablar?