Una vez más, Cruz Azul vuelve a decepcionar. De ser un serio candidato al título en el Torneo Apertura 2025 pasó a convertirse en un equipo desangelado y sin argumentos, especialmente en la liguilla.
Es cierto que los formatos actuales no ayudan —por las pausas que genera el play-in para los equipos que califican de forma directa—, pero la realidad es que Cruz Azul tiene plantel suficiente para estirar la regularidad mostrada durante gran parte del torneo. Sin embargo, no lo hizo.
Primero, Chivas lo superó claramente en la ida y en la vuelta de los cuartos de final. En justicia deportiva, el Rebaño Sagrado debió disputar las semifinales; pero ya conoce usted la historia: Javier Hernández pecó de soberbio y priorizó su protagonismo personal por encima del colectivo. Todo se esfumó. Aun así, insisto, Chivasfue superior a la Máquina.
Después, con el “apenitas” en la espalda, Cruz Azul se plantó en la antesala de la final enfrentando a unos Tigres que habían resucitado en la vuelta ante Xolos. En semifinales los regiomontanos, casi con puro oficio, terminaron por apagar los sueños celestes.
Lo cierto es que en la liguilla aquel equipo que en la fase regular parecía una locomotora terminó transformado en un trenecito.
Por supuesto, esto convierte al conjunto cementero en una de las grandes decepciones del torneo. Insisto: si uno revisa su plantilla encuentra uno de los equipos más completos del futbol mexicano.
Pero las malas noticias no terminaron ahí. Apenas se habían quedado sin título de liga cuando ya viajaban a disputar la Copa Intercontinental frente al Flamengo de Brasil. La misión era clara: ofrecer una actuación digna a su afición y dejar bien parado al futbol mexicano. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Flamengo los derrotó 2-1 y la aventura internacional duró apenas unas horas.
Sobre el técnico
En este punto me pregunto: ¿realmente Nicolás Larcamón es el “técnico maravilla” que muchos proclaman? Yo diría que es un buen entrenador, pero está lejos de ser el estratega deslumbrante que algunos quieren ver. A Larcamón no le alcanza en los momentos decisivos. Si revisamos su trayectoria en Puebla, León, Necaxa y ahora Cruz Azul notaremos un patrón: sus equipos se desinflan cuando más se les necesita. Hay factores naturales del futbol, sí, pero el sello del técnico argentino parece claro: no puede en la hora buena.
La buena noticia para la afición cruzazulina es que el próximo torneo de la Liga MX está a la vuelta de la esquina. Será una nueva oportunidad para que su equipo se sacuda las espinas que dejó este casi concluido 2025.
Hasta la próxima, afición celeste.

