LUZ MARÍA ZARZA: LA JUSTICIA CON ROSTRO HUMANO

“El servidor público no debe perder esa esencia de su naturaleza, que es servir”.

Luz María Zarza Delgado
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En el sistema jurídico mexicano Luz María Zarza Delgado ha sido una de las funcionarias más comprometidas con llevar la justicia a terreno real. Exconsejera jurídica del Ejecutivo del Estado de México y doctora en Derecho por la UNAM, acumula más de tres décadas de trayectoria en el servicio público.

Su experiencia abarca los ámbitos legislativo, académico y judicial: ha sido magistrada en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y en el Tribunal Electoral mexiquense, además de ocupar cargos clave en la administración pública federal y estatal.

Desde esas responsabilidades le tocó enfrentar uno de los mayores desafíos institucionales de su carrera: implementar la primera alerta de violencia de género en el Estado de México, una medida inédita que marcó un antes y un después en las políticas públicas de protección a las mujeres.

“En efecto, me tocó ser la responsable de la alerta de género e implementarla en el Estado de México, hace ya como diez años. La alerta de género es una medida de emergencia, una serie de acciones gubernamentales para atender una problemática; entonces, hay que quitarle connotaciones políticas, negativas, de miedo, de pensar que se está etiquetando a una sociedad”, puntualiza.

Esa experiencia le permitió constatar que la seguridad con perspectiva de género se construye desde lo cotidiano. “Me acuerdo que alguna vez me sorprendió mucho ver que el tema de la iluminación, por ejemplo, una calle en una ciudad, una calle oscura, es el mejor escenario para que se cometan delitos. Entonces, cuando tú iluminas la calle increíblemente empieza a bajar la delincuencia y el riesgo es mucho menor para una mujer que transita, ya ves que en los temas femeninos o de lucha de mujeres siempre decimos que hay que recuperar las calles”.

Para Zarza, el problema de la violencia de género sigue siendo estructural y profundamente arraigado. “Después de tantos años, casi no se ha movido, ni siquiera se ha estabilizado el número de feminicidios o desaparecidas en el país; 80%, más o menos, sigue siendo en espacios íntimos; sigue dándose en las casas o son perpetrados por hombres muy cercanos, a veces tu pareja, gente muy cercana”, explica.

Sensibilidad institucional

Su visión de justicia parte de entender los contextos. “En los temas de justicia, por ejemplo, con perspectiva de género, una de las cosas que se debe tomar en cuenta cuando hay una mujer en un asunto, así sea que haya cometido un delito como un homicidio, es si vivía violencia, cuál era su contexto… No para justificar, sino para entender y poder llegar a una verdadera justicia”.

A lo largo de su trayectoria ha insistido en que la sensibilidad institucional no puede perderse. “Atender a las víctimas de feminicidios o de mujeres desaparecidas es una cosa que de verdad no se le desea a nadie… Se necesita ser muy insensible, ya haberte contaminado mucho como persona, como ser humano, para que no te duela escuchar las historias y verlas”.

Por eso, su llamado a las y los servidores públicos es claro: no olvidar la esencia del servicio. “El servidor público no debe perder esa esencia de su naturaleza, que es servir; hay que ponernos un poquito en los zapatos de la otra persona y saber lo que está viviendo con una hija desaparecida, con una historia de violencia, y transformar esa impotencia en energía para ayudar”, afirma.

Su mensaje final se dirige a quienes han perdido la confianza en las instituciones: “Que se cuiden, que confíen, que denuncien. Quienes estamos del otro lado del escritorio tenemos la obligación de escuchar, de atender, de ser respetuosas y de facilitar que no tengamos a la gente esperando. Nadie les está haciendo un favor: es su derecho”.

La historia de Luz María Zarza Delgado refleja una certeza: la justicia con perspectiva de género no es un concepto, sino una práctica que exige empatía, acción y constancia. Su voz reafirma que cuando la ley se aplica con humanidad, el Estado cumple verdaderamente con su propósito.

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