MACBETH: AMBICIÓN, PODER… Y MEDIACIÓN

“Buscar un punto de conciliación”.

Tomás Caparroso
Columnas
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En el siglo XVII el reconocido escritor William Shakespeare escribió Macbeth, un drama trágico que sigue la historia de un valiente general escocés que se convierte en rey luego de ser influenciado por las profecías de las brujas y por su propia ambición desmedida.

Esta obra de Shakespeare se centra en temas de poder, corrupción, ambición y moralidad.

La ambición sin límites de Macbeth se convierte en una fuerza destructiva que lo consume y lo lleva a cometer más crímenes, llevándolo a su propia perdición y a la ruina de su reino.

A medida que Macbeth y su esposa conspiran y ejecutan el asesinato del rey Duncan su decisión los sumerge en un abismo de culpa y paranoia.

Shakespeare presenta a Macbeth como un personaje complejo y trágico. Inicialmente es un hombre honorable y valiente, pero su búsqueda desenfrenada de poder lo lleva a un estado de desesperación y locura.

Por su lado, el personaje de Lady Macbeth resulta muy destacable también, ya que su ambición y manipulación desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la trama.

La obra de Macbeth nos ofrece una visión de la sicología humana, la fragilidad de la moral y la ambición desmedida. A través de los dilemas morales a los que se enfrentan los personajes principales, nos plantea preguntas universales sobre la naturaleza humana, la ambición desmedida y las consecuencias de nuestras acciones.

Costos

La codicia es un pecado capital que en política surge constantemente. México y su gobierno no están exentos de ello. Lo que di a conocer en párrafos anteriores representa lo que le puede suceder al gobierno de cualquier país donde falte un mediador o moderador que pueda detener las ambiciones desmedidas de poder y las claras imposiciones del mismo que surgen de esa ambición.

Sin duda, los medios alternativos de solución de conflictos se constituyen como una forma para evitar y prevenir las profundas catástrofes que se vislumbran como consecuencia de los costos que la ambición de poder conlleva.

Ejemplo de ello es lo que sucede en relación a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). ¿Qué podemos hacer los mexicanos después de los hechos acontecidos y de los enfrentamientos suscitados? Esas profundas divisiones torales que se ven entre uno y otro bando de la sociedad a nadie ayudan ni benefician.

Tampoco lo hace que la autoridad avive con sus ataques la división social contra nuestro máximo tribunal; por el contrario, debería moderar su postura y buscar un punto de conciliación con el Poder Judicial.

Decidí hoy evocar a Macbeth en estas líneas debido a que seguimos influidos en tiempos actuales por esas historias sobre ambición, frágil moralidad y abuso de poder, las cuales ya deberíamos haber superado; historias que nos debieron haber enseñado que la división y la imposición del poder terminan en tragedia, donde nadie resulta ganador; en cambio la moderación, la mediación y la conciliación buscan restaurar el equilibrio entre las fuerzas para lograr la paz social, donde todos resultamos ganadores.