Cuando Daniel Suárez cruzó la meta y empezó los festejos con las tradicionales donas en el Estadio GNP del Autódromo Hermanos Rodríguez luego de ganar la carrera nombrada The Chilango 150 en la NASCAR Xfinity Series, se vivió un momento histórico e irrepetible: un mexicano ganando una carrera internacional ante su público es tan inusual como un eclipse solar.
En el presente siglo, de hecho, es algo que solo han logrado tres pilotos tricolores desde la pista de la Ciudad Deportiva. Luis Chapulín Díaz encendió las gradas del autódromo capitalino cuando conquistó la segunda fecha del campeonato de prototipos Grand Am de 2006, al lado del estadunidense Scott Pruett, en una categoría donde se compartía el auto en cada carrera.
Una situación muy similar a la que logró Ricardo González cuando se llevó las 6 Horas de México del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) junto a sus compañeros de equipo, Bruno Senna y Filipe Albuquerque, en la categoría LMP2.
De manera individual solo se tenía el antecedente de Benito Guerra Jr., piloto de rallies, cuando se llevó el Race of Champions en 2019, aunque no es propiamente una carrera, sino una serie de pequeñas carreras en distintos autos, donde se enfrentan los campeones de diversas categorías internacionales.
En la Fórmula 1, Sergio Checo Pérez estuvo cerca de la gloria en dos ocasiones cuando logró subirse al podio de vencedores al conseguir el tercer lugar del Gran Premio de la Ciudad de México en 2021 y 2022.
Con estos antecedentes podemos dimensionar lo conseguido por Dani Suarez, el pasado 14 de junio.
Experiencia
Además, el piloto regiomontano labró una carrera más que de ensueño. Lo hizo con el auto de repuesto después de chocar en la sesión de clasificación, partiendo desde el último lugar de los 39 autos en competencia, haciendo la épica remontada y celebrando en uno de sus momentos más brillantes de su carrera como piloto de NASCAR.
Suárez es piloto de tiempo completo en la Cup Series, la categoría estelar de los stock cars estadunidense. Sin embargo, para el evento en México (la nombrada NASCAR Mexico City Weekend) decidió competir en la carrera de la serie antesala, la Xfinity, para tener una doble aparición durante el fin de semana. Así que tomó el reto de competir con un auto que no había probado en todo 2025, aunque con la experiencia de ya haber sido campeón de esta serie en 2016.
The Chilango 150 fue una carrera marcada por la presencia de la lluvia al inicio de esta, con múltiples rebases y donde se tuvieron siete cambios de líderes. Suárez tomó la punta a falta de 19 vueltas. Resistió banderas amarillas, embates constantes y una pista resbaladiza para lograr su cuarta victoria en la Xfinity, en 89 carreras disputadas.
También demostró que tiene un romance particular con el Hermanos Rodríguez, ya que ahí suma otras tres victorias de cuando era piloto de la NASCAR México Series. Ahí mismo fue su última carrera ganada antes de partir a Estados Unidos en busca de llegar a la serie principal de stock cars hace once años.
En este contexto es que el triunfo del mejor piloto mexicano de los stock cars de la historia escribió una de las páginas más gloriosas del automovilismo nacional, que será recordada por mucho tiempo.